martes, 11 de julio de 2017

El amor en los tiempos del WhatsApp.

El  WhatsApp es una aplicación de origen relativamente reciente que tiene como finalidad el poder intercambiar mensajes vía una conexión a Internet con diversas personas, sustituye a los mensajes de texto que tenían costo y permite que múltiples personas se encuentren en contacto unas con otras constantemente.

Esta aplicación ha producido una serie de transformaciones subjetivas a la hora de establecer comunicaciones con otras personas, en este escrito me centrare en algunos puntos en los cuales ha transformado las formas de comunicación de relaciones de pareja o de corte amoroso en los sujetos.

1.- La ilusión de omnipresencia del otro.

El WhatsApp al igual que otras aplicaciones de chat, produce la idea errónea de que el otro se encuentra siempre en disponibilidad, el sujeto al percibir que la aplicación dice que el otro se encuentra en línea, construye la fantasía que está a su disposición, que se encuentra en posibilidades de establecer una charla, una idea errónea desde múltiples puntos de análisis, en primer lugar dado que muchas de estas aplicaciones se conectan a Internet de manera automática, el sujeto puede estar trabajando, estudiando, viendo una película, pero en la aplicación aparece como conectado, incluso en algunas dice disponible.
Esto produce una exaltación del narcisismo sin tomar en cuenta el tiempo del otro, lo importante para el sujeto es satisfacer su necesidad de entrar en contacto con su objeto de deseo sin tomar en cuenta si está ocupado, si se encuentra en algo importante, el tiempo del otro pasa a ser algo de segundo orden, algo que no es relevante, el otro pasa a ser una mera herramienta que esta a nuestra disposición en el momento que deseemos, forzándolo a contestar, a apartarse de sus actividades con tal de satisfacer nuestras necesidades de afecto, de reconocimiento.

2.- Enviado, Recibido, Leído.

Complementando el punto anterior el sujeto al cosificar al otro volviéndolo una mera herramienta de satisfacción narcisista al enviar un mensaje espera de ese otro una respuesta inmediata, además no cualquier respuesta, espera la respuesta que satisfacera sus deseos. En los orígenes de la aplicación se enviaba un mensaje y solo aparecían dos opciones de indicaciones con respecto al mensaje, una que indicaba que el mensaje había sido enviado y otro que había sido recibido por el otro, esto planteo una serie de problemas en las interacciones sociales, planteo nuevas formas de rechazos a las conversaciones, poniendo sobre la mesa un problema comunicativo.

La forma de articular la aplicación representaba en esencia un viejo problema comunicativo humano,  en general a la hora de plantearse la comunicación se piensa que la mecánica es muy simple, que existe un emisor que intenta comunicar  un código lingüístico, por el otro lado se encuentra un receptor de este código lingüístico el cual lo interpreta y responde en consecuencia. Esta es la forma común de pensar la comunicación humana,  lo que esta aplicación evidencio es que esto no opera de forma tan simple, la aplicación mostró el siguiente problema.

               →→→→→→→→→
Emisor                                                     Receptor



Código Lingüístico  →→→→→→→→→   ?????


Lo que se puede ver en el esquema es que la aplicación garantizaba la emisión y recepción del mensaje enunciado, pero al solo brindar la opción de enviado, recibido, la aplicación no daba certeza al sujeto de la recepción del código lingüístico por parte del otro, esto producía muchas variables de justificar la no respuesta del otro, en una conversación frente a frente con el otro, este no tiene excusa para argumentar no haber recibido el mensaje, ni el código lingüístico, ahí se representan otro tipo de problemáticas de comunicación que no son objeto de análisis de este escrito, pero en lo referente al código lingüístico este es recibido. La aplicación presentaba una falla grave como medio de comunicación, permitía al sujeto eludir fácilmente el código ya que a pesar de recibirlo en su teléfono este podía elegir no leerlo, podía leerlo sin atención,  borrarlo inmediatamente que llegara, esto daba la posibilidad de justificar ante el otro la ausencia de respuesta.

Esto inserta en una serie de dudas al emisor del mensaje, ¿el mensaje fue leído? ¿Porque el otro no lo leyó?  Esto empieza a cuestionar la legitimidad de la aplicación como un sistema de comunicación eficaz al no brindar certeza al usuario de la recepción de su mensaje.

Ante esta incertidumbre la aplicación modifica su estructura y inserta una nueva opción, la de colocar la opción de mensaje visto, esto coloca el problema de comunicación ya en otro nivel, en el nivel del deseo, de la disponibilidad. Si el mensaje es enviado, recibido y trasmitido su código, la respuesta del otro pasa a tener otro tipo de variables, disponibilidad de tiempo, falta de deseo de respuesta, así la comunicación queda en un nivel personal, se inserta así un juego del deseo, de la demanda, como mostrare en los siguientes esquemas.


Expresión de deseo.      →→→→→→ →→→         Objeto de deseo.



Objeto de deseo.           ←←←←←←←←←           Expresión de deseo.


En este primer esquema se muestra lo que sería el ideal que plantearía cualquier tipo de forma de comunicación humana a nivel del deseo, el sujeto enuncia una expresión de deseo al otro, este lo codifica y expresa otro deseo al sujeto, volviéndose así ambos sujetos deseantes y deseados, erastes y eromenos a la vez, estructurando una relación simétrica a nivel de la dinámica del deseo, pero la aplicación evidencia un problema  estructural en la dinámica del deseo en el sujeto, el de la demanda de amor.


Demanda       →→→→→→→→→           Objeto de deseo, amor.



Angustia.       ←←←←←←←←←            Silencio.


La aplicación muestra  el problema del deseo a nivel de la estructura de la demanda de amor,  el sujeto demanda al otro enviando un mensaje, el otro lo lee pero no contesta, ese silencio genera angustia en el sujeto demandante porque como ya había mostrado en el punto anterior la aplicación genera la ilusión de disponibilidad del otro, por ende es fácil lanzar demandas constantemente, demandas que buscan ser respondidas con inmediatez, la respuesta del sujeto se vuelve una corroboración de su deseo o de la ausencia de él, obliga al otro a responder a esa demanda o asumir las implicaciones de no hacerlo,  surgiendo los reclamos, las peleas, celos.

Todo esto producido por la angustia que se produce ante el silencio del otro, ante esa angustia emergen los miedos estructurales del sujeto, el miedo al abandono, al rechazo, al  engaño, construyendo una dinámica de interacción amorosa en la cual cada uno de los sujetos se obligan a sí mismos a dar respuestas inmediatas con la finalidad de evitar esa angustia, se estructura entonces una dialéctica de la confianza, a partir de la rapidez en la respuesta, a mayor rapidez mayor confianza genera el otro, a menor rapidez menor confianza.

3.- La posibilidad de establecer conversaciones con varias personas al mismo tiempo.

Otro de los aspectos claves que la aplicación ha transformado en las formas de relacionarse de los sujetos está en la posibilidad de establecer múltiples conversaciones de forma simultánea, esto produce una superficialidad de la experiencia de interacción humana, el sujeto no puede prestar atención de forma adecuada a todas las conversaciones, estas se centran en temas triviales, vacios, superficiales, restando así profundidad a las interacciones y como hemos visto con anterioridad la velocidad de respuesta es crucial para mantener contento al otro, se hace necesario la creación de un nuevo tipo de lenguaje, un lenguaje más simple, mas rápido, es por esto que se crearon los emoticones, formas pictográficas que intentan simplificar la comunicación humana, en vez de escribir un renglón para describir un estado emocional se coloca el emoticon, esto a su vez genera una pobreza lingüística del sujeto, comienza costarle cada vez más trabajo encontrar las palabras adecuadas para expresar sus emociones, el emoticon obtura el desarrollo simbólico del sujeto, alienándolo a la imagen, haciendo que dependa de ella, que su forma de representación de sus experiencias necesite una imagen, por eso la necesidad de tomar fotos a cada instante, de tomar videos, de transmisiones en vivo, emoticones etc.. Las expresiones de amor se reducen así a caritas ante una pantalla, artificiales, imágenes huecas, vacías de profundidad, de significado, sujetos incapaces de expresar lo que sienten al otro, cubriendo sus carencias comunicativas con estas imágenes, pero que en el fondo solo reflejan su pobreza afectiva y lingüística.

4.- La posibilidad de ser más abiertos por la distancia.

El establecer una comunicación con una distancia de por medio, genera en el sujeto una relajación de sus procesos de inhibición, le permite mostrar ese lado que no muestra  comúnmente, tocar temas que normalmente no expresa, usar otro tipo de lenguaje. Esto en apariencia podría dar la ilusión de que la aplicación produce una liberación del sujeto pero es una liberación disruptiva, artificial, es como esa liberación que el sujeto siente al consumir drogas, alcohol, esa sensación de adrenalina que genera tanta adicción en el sujeto, el problema es que no es una libertad real, es una libertad artificial ya que el sujeto no la sostiene en su vida cotidiana, las charlas se vuelven entonces una forma de eludir la realidad cotidiana, emerge el lado de la fantasía del sujeto, construye escenarios irreales, articula deseos que no está en posibilidades de hacer realidad reforzando así su alienación, por un lado deseando una vida diferente pero sin hacer nada para conseguirla, en vez de volverse un medio que permita al sujeto enlazarse con su deseo, se vuelve un medio que condena al sujeto a vivir lo mismo, construye conductas adictivas y una dependencia de la fantasía, un circulo vicioso en donde la satisfacción parcial se vuelve el principal objetivo, construir una descarga segura, libre de riesgos, formas pasivas de alcanzar una satisfacción artificial y que tiene consecuencia inevitable la frustración porque no se puede sostener la fantasía indefinidamente, en algún momento se hace necesaria la concreción en la realidad de la fantasía y al no estar en posibilidades de hacerse cargo de eso, la ruptura de las relaciones es inminente, dejando al sujeto en su estado de soledad, afectando su percepción de sí mismo, quedando como un cobarde.

5.  La facilidad de la terminación de vínculos desde la distancia.

Como último punto la aplicación produce otro efecto secundario bastante grave para la interacción humana, produce una disminución de la etificacion del sujeto, es decir, produce una vía de escape al sujeto de las consecuencias de sus acciones, el sujeto puede prometer cantidad de cosas que no está dispuesto a cumplir, construir vínculos fugaces, utilizar al otro sin ningún tipo de problema, ya que puede romper los vínculos sin necesidad de hacer presencia, escuchar la voz del otro, de confrontarse con las consecuencias de sus acciones, con el dolor del otro, con un simple bloqueo del otro en la aplicación se desaparece de la vida, es como si nunca hubiera existido, borrando así las acciones realizadas, se producen  sujetos irresponsables, que cosifican al otro, que lo mantienen de contacto en tanto tiene utilidad pero en cuanto deja de ser útil se le expulsa, no hay necesidad de explicaciones, de construir un discurso para las acciones, un simple toque a un botón permite eludir todo. El otro cae de su lugar de sujeto para volverse simplemente un objeto intercambiable, desechable, y sin necesidad de enfrentarlo.

A modo de conclusión en esta reflexión intente mostrar algunos de los principales cambios en las formas de subjetivación que la aplicación ha producido, pero también queda en la responsabilidad de los sujetos el darle un uso ético, no se puede responsabilizar a la aplicación del uso que hacen de ella, como toda la tecnología puede ser utilizada como un medio que permita un crecimiento personal, un crecimiento en las formas de comunicación, que permitan una sociedad mejor comunicada, más libre, al ser sujetos libres la responsabilidad se encuentra de lado de cada sujeto.

Eduardo Contreras Merino.
 Psicoanalista. Contacto al teléfono 5523275307.
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