viernes, 30 de junio de 2017

¿Qué es la discriminación?

La discriminación está presente en nuestra sociedad de forma importante, se habla continuamente de ella en los medios de comunicación, se aplican campañas gubernamentales con la finalidad de combatirla, pero poco se preguntan acerca de ella, construyen un discurso que condena la discriminación, que enuncia que es algo que está mal pero ¿Por qué esta mal discriminar? 

La discriminación está muy de la mano del racismo, aunque no necesariamente es lo mismo, el racismo frecuentemente se entiende como una forma de enunciar un odio de cierta raza sobre otra, una intolerancia a la diferencia racial, pero para fines de este escrito el racismo lo conceptualizare a partir de el derecho de vivir o morir, es decir el racismo establece criterios en los cuales determinadas razas tienen derecho a vivir, entendiendo la vida no solo desde la perspectiva orgánica, sino  desde todo lo que implica vivir,  la salud, educación, posibilidades de entretenimiento, de recreación, libertad.

El racismo es más brutal de lo que se considera normalmente, el racismo apela a la elección de que razas pueden vivir, que razas son condenadas a solo sobrevivir o morir en muchos casos, eso sí siempre y cuando hayan sido útiles para los sistemas económicos.

La finalidad de este escrito no es partir de enunciar un juicio moral entorno a la discriminación, no es partir de la perspectiva lineal que indicaría que hay algo bueno y malo, todos discriminamos todo el tiempo, a nivel perceptual hacemos a cada instante una discriminación, elegimos inconsciente que percibir y que no percibir, la discriminación está en función de la percepción, la forma de problematización que me parece adecuada para abordar el tema no es la moral, sino comprender en base a qué tipo de discursos establecemos la discriminación, sobre la veracidad de estos discursos y sus efectos en la subjetivación de los sujetos y en su forma de comportarse,  voy a enumerar algunos de los discursos que me parecen los más relevantes a la hora de construir un criterio de discriminación en los sujetos.

1.- La eugenesia. 

La eugenesia es un discurso de saber poder que busca construir una ideología que apela a la diferencia de razas, este aparato ideológico buscaría legitimar el ejercicio de poder de ciertas razas sobre otras, principalmente del estilo occidental caucásico, del hombre blanco sobre los demás, intentaría por medio de la manipulación de estudios morfológicos, genéticos, neurológicos, psiquiátricos, establecer una distinción de razas, le atribuirá una serie de defectos a todos aquellos biotipos que no corresponden con el patrón occidental.

Estos criterios apelan a legitimar la instauración de una serie de políticas de exclusión, este tipo de discursos por poner un ejemplo fue el sostén de legitimidad en los Estados Unidos durante mucho tiempo para establecer y sostener la esclavitud de los afroamericanos, se argumentaba que la raza negra era incapaz de ser libre, de tener un pensamiento abstracto, que su biotipo estaba establecido por la fuerza física pero en detrimento de sus capacidades cognitivas, en esencia se hablaba de tipos atléticos pero con poca inteligencia, con gran potencial de agresión, de violencia, se estructura la lógica que los de raza negra están en un grado de evolución menor al hombre blanco, más cercanos a los monos, se les priva de su condición humana, algo muy parecido a lo que se estableció con los prehispánicos en la conquista de Latinoamérica, lo cual justifico la privación de sus derechos.

Este discursos apela a construir bases seudocientíficas que permitan amparar estas afirmaciones que en realidad tenían un sentido fundamentalmente económico, los negros de las plantaciones, los indígenas fueron explotados para la producción de riqueza de determinadas clases sociales, es insostenible pensar el desarrollo económico de países como estados unidos, España, Inglaterra sin tomar en cuenta el factor de la esclavitud, estas ganancias acumuladas en base al sufrimiento, la explotación y el padecer de otros fue lo que sentó las bases para el establecimiento de castas sociales las cuales después se convirtieron en corporaciones.

Con el paso del tiempo estos discursos fueron perdiendo su poder pero no sin muchos movimientos de lucha, las razas oprimidas fueron ganando poco a poco derechos, pero la subjetividad no cambio, se sigue pensando en muchos sectores a los negros como monos, se sigue utilizando el termino de indio de forma peyorativa, haciendo una distinción de los humanos y los seudohumanos, se les sigue aislando geográficamente, privándolos de servicios médicos, básicos, escuelas, se les sigue relegando a zonas rurales, o barrios conflictivos, se les excluye de los suburbios, condenándolos a la criminalidad o a convertirse en mano de obra barata.

2.- Criterios estéticos.                                                                                             

Otro de los factores que produce una gran carga de discriminación son los criterios estéticos de lo bello y lo feo, cada sociedad construye una serie de modelos estéticos que busca imponer como definición de la belleza modelos estéticos que en general son inalcanzables a la mayoría de la población pero que se instauran como lo deseable, se vuelven modelos de identificación para la población.

Se construyen así estereotipos corporales, son establecidos en base a una evolución histórica o intereses económicos, la discriminación aquí opera a nivel de las relaciones humanas, de los espacios sociales, se rinde culto de adoración a todos aquellos que encajan con estos estándares de belleza, se articula toda una industria de la belleza encaminada a vender la idea al consumidor de que podrán acercarlo a este ideal, pero introduciéndolo en una cadena infinita de frustración, ya que nunca podrá cumplir estos criterios.

Esto tiene efectos también en la forma que se estructura el deseo en la población, si lo deseable es el modelo estereotípico, todo lo demás pasa a ser lo no deseable, lo feo, lo grotesco, se establecen así distinciones sociales entre lo bellos y los feos, un ejemplo claro de esto es la plataforma de tinder la cual como ya había escrito en otro artículo establece un algoritmo que busca emparejar los bellos con los bellos excluyendo así a los feos de la ecuación, esto produce una población frustrada que no tiene accesibilidad a los objetos de deseo que le han programado para desear, los convierte en objetos idealizados, en semidioses olímpicos.

Aunado a esto se justifica estos modelos estéticos de forma médica, se les instaura la ideología de que esos cuerpos estereotípicos son más sanos, tienen menores enfermedades, se construye así una dialéctica de belleza-salud volviéndolos aun mas deseables, forzando al sujeto a transformar sus modos de vida, sus hábitos en función de alcanzar esa belleza y salud.

3.-  Criterios económicos.

Otro de los criterios que se estructuran como motores de la exclusión es lo económico, aquí opera de forma muy simple y evidente, a mayor capacidad de poder adquisitivo se puede tener un acceso mayor a los espacios sociales, a los productos, a ciertas zonas geográficas.

Muchos de  los productos construyen diferentes líneas que apelan a abarcar a la mayor parte de la población, está el producto estándar dirigido a la mayoría de la población, el producto medio, dirigido a la clase media, y los productos exclusivos dirigidos a la población minoritaria de la sociedad.

Se construye así el termino VIP, una nomenclatura  que busca establecer una distinción entre la gente común y la  muy importante, esto produce espacios de exclusión en donde solo cierto tipo de gente con capacidad de poder adquisitivo puede estar en determinados espacios, encontramos así de forma ya muy común en nuestras sociedad salas vip de cine, zonas vip en restaurantes, bares, clubes nocturnos, estadios, conciertos estableciendo así dos tipos de humanos, los especiales y los comunes, volviendo la pobreza algo indigno, pero no indigno porque evidenciaría una injustica social, sino algo indigno a nivel de lo indeseable, de lo grotesco, de lo feo, eso que debe apartarse de la vista, segregarse solo a cierto tipo de espacios, al uso de ciertos productos, el termino vip es una muestra de nuestra decadencia cultural, de la exaltación de la opulencia, el exceso, es una nueva forma de nobleza basada en el culto al dinero.

4.  Los criterios de normal anormal, de lo sano y lo patológico.

El ultimo criterio que analizare es la forma en la que cada sociedad establece mecanismos de discriminación basados en la construcción de criterios de lo normal y lo anormal,  se difunden discursos de verdad que buscan definir lo que es normal en una sociedad dada, lo que es normal en el sujeto, y considerando anormal todo aquello que no encaja en estos criterios.

El principal discurso que enuncia esto es la psiquiatría que desde sus orígenes tiene una intervención más de corte político que medico, desde sus orígenes su función estuvo en construir criterios de comportamientos sanos, comportamientos que están en relación directa con  los modelos económicos, con intereses políticos, con la producción de sujetos dóciles,  que se adapten a los estándares sociales.
Se instauran así formas normales y anormales de sexualidad, de amar, de relacionarnos, de pensar, de comportarnos, todas las formas que no encajan en estos modelos de lo saludable, de lo normal se convierten en problemas psicológicos, en patologías psiquiátricas, se le excluye al sujeto de determinados espacios, se le condena a la rehabilitación, a llevar un proceso de reeducación, de normalización, si este proceso falla, se encierra al sujeto en hospitales, cárceles, clínicas, la libertad adquiere aquí un condicionamiento, ser como todos, pensar como todos, amar como todos o pagar el precio de la exclusión y el rechazo social.

Entra aquí también la masificación de ciertas formas culturales, las cuales son los normales, la cultura pop es el representante más claro de esto, debe gustarte la música que a todos les gusta, las películas masivas, claro, se nos enuncia desde la libertad, argumentándonos que somos libres de elegirlo, pero la consecuencia de elegir algo mas fuera de las propuestas de masas es la frustración, la exclusión, el aislamiento afectivo, sexual.

A modo de conclusión podría argumentar que el problema de la discriminación no es en esencia la discriminación, el elegir es parte del ejercicio de libertad, el problema de la discriminación es que está basada en discursos e ideologías erróneos, en verdades construidas históricamente pero que en esencia son falsas, el problema de discriminar radica en que se hace desde lo erróneo, desde la reproducción de criterios preestablecidos, no en base a un criterio construido por el sujeto, no en base a un proceso de reflexión, la posibilidad de establecer criterios de discriminación adecuados radica en la posibilidad del conocimiento de si, de informarse , de generar un pensamiento crítico ante los discursos de verdad, el saber se usa constantemente como una forma de ejercer poder, pero también puede tener otro matiz, puede convertirse en una forma de ejercicio de libertad, siempre será mejor saber que no saber, al saber se tienen opciones, al ignorar nos condenamos a repetir, a reproducir.

Eduardo Contreras Merino.
 Psicoanalista. Contacto al teléfono 5523275307.

https://www.facebook.com/Eduardo.Psicoanalista/

miércoles, 21 de junio de 2017

Her. ¿Qué es lo real del amor?

Her es una película que nos coloca en un contexto futurista no muy alejado de nuestra actualidad,  en esta sociedad encontramos sujetos alienados a la tecnología,  todos tienen un aparato de comunicación que maneja diversos aspectos de su vida personal, sus correos,  lleva su agenda.

El protagonista llamado Theodore  trabaja en una  empresa en donde se dedica a escribir cartas para personas, la gente contrata el servicio, manda fotos de la persona y su función radica en escribirle algo profundo, algo tierno, algo que sea significativo para quien va dedicada la carta. Ya aquí podemos ver una clara muestra del tipo de sociedad  en la que la película se desarrollara, una sociedad despersonalizada, des-afectiva, en donde algo tan simple como escribir o decirle al otro lo que se siente se vuelve complicadísimo y se prefiere pagar porque alguien más lo haga.

La tecnología avanza como siempre y aparece un nuevo tipo de software personalizado, una inteligencia artificial que revoluciona por completo la forma de relacionarse del sujeto con la tecnología, la instalación de este sistema requiere una serie de preguntas que están enfocadas a conocer sobre el deseo del sujeto, sus preferencias, su forma de relacionarse con otras personas.

Cuando el software aparece se autonombra Samantha, comienza a interactuar de forma autónoma con Theodore, lo cuestiona, lo incita a realizar actividades, empieza a intrigarse con sus reacciones, con su forma de ver el mundo, lo incita a salir a relacionarse con otras personas, a tener citas.

La convivencia con el sistema operativo se va volviendo poco a poco más profunda, charlan más,  el protagonista se va abriendo poco a poco con el programa, expresándole sus deseos, sus temores, se empieza a generar un vínculo fuerte, una amistad que poco a poco va convirtiéndose en amor.

Aquí es donde vienen las complicaciones, empiezan a surgir varias preguntas con respecto a la legitimidad de ese amor, el primero obstáculo viene a raíz de la sexualidad, Samantha carece de cuerpo, es algo intangible, que no puede verse, tocarse, se produce un deseo que no tiene forma de llevarse a cabo físicamente, solo vía simbólica, imaginaria.

Se produce una reflexión de dos formas de amar que han estado presentes en la historia de la humanidad, por un lado el amor cortés, ese amor que apela a amar a la dama vía la sublimación de los deseos sexuales, un amor asexual, que se encuentra cargado a la ternura, a la servidumbre y por otro lado el amor erótico, un amor cargado de deseo sexual, que busca placer, satisfacción.

Se deja muy claro en la película que el lado del amor cortes, de este ágape está satisfecho en la forma de relacionarse de Samantha y Theodore, pero que emerge una falta, este angustia e insatisfacción de Samantha por no tener cuerpo, por no poder tocar a Theodore, besarlo, tener sexo con él, esto puede articular una serie de preguntas muy interesantes, ¿Es necesario el sexo en el amor? ¿Porque necesitamos esta tangiblidad del amor para considerarlo real?

Como he mencionado en otros textos, los griegos pensaban 3 tipos de formas amorosas, el ágape o amor mas de corte espiritual, el eros o amor de corte sexual, y la filia como una combinación de las formas anteriores de amar que articulaba un amor espiritual por el otro pero a su vez un deseo, un erotismo.

En el planteamiento de la película el amor de Theodere y Samantha está marcado de forma muy clara por este componente espiritual, existe también un deseo sexual pero es algo intangible, al ser un sistema operativo hablamos más bien de una entidad espiritual, al no tener cuerpo ¿Samantha existe? ¿Es legítimo sentir amor por ella, es real ese amor?
Esto nos llevaría a pensar en cómo el positivismo ha construido determinadas formas de subjetivación en los sujetos, definiendo lo real a partir de sus reglas, lo tangible, medible comprobable. El discurso científico se ha consolidado como el nuevo dogma,  ya Nietzche cuando enuncia la muerte de dios, pensada como esta verdad universal, produciría un hueco que sería viable ser cubierto por el discurso científico, la ciencia se convertiría en la nueva verdad universal, ese nuevo dios incuestionable.

Estas formas de subjetivación producen a su vez formas de relación del sujeto con el otro, formas que construyen la realidad a partir de estos preceptos positivistas, se busca evidencias del amor del otro, medirlo, comprobarlo, buscamos encontrar actos de amor, señales que no dejen lugar a duda que el sentimiento existe en el otro, pero, ¿Cómo medir el amor? ¿Cómo se comprueba un enunciado tan simple como un “Te amo”?

Theodore se va confrontando con esta serie de preguntas, se confronta con la postura de los demás que cuestionan lo real de su relación, produce múltiples dudas en el, al grado de afectar su relación con Samantha, en esos intentos de acercar  su amor a lo real, se planea un encuentro con una mujer la cual actuara como el cuerpo de Samantha, como una intencionalidad de darle carne al espíritu, de darle una dimensión real, sexual, erótica a la relación.

Este acto falla estrepitosamente, Theodore sabe que ese cuerpo no es Samantha, sabe que es un cuerpo desprovisto de su espíritu, el no desea ese cuerpo, desea otra cosa, algo que no sabe como es, que forma tiene, una voz, se genera una ruptura entre los amantes, una distancia, esta necesidad de tangiblidad comienza a volver insostenible la relación en apariencia.

Theodore aquí resuelve el asunto desde una perspectiva muy interesante, empieza a ubicar que esta necesidad de tangiblidad de Samantha es estéril, analiza sus relaciones anteriores y ubica que en ellas tampoco existió una posibilidad de verificación del amor,  que eso te amo, quiero estar contigo, te deseo, pueden estar pero también dejar de estar, Thedore comprende que en esencia el amor es un acto de fe.

Un acto de fe que consiste en creer en la palabra del otro, creer en que sus actos son de amor, que no hay forma de saber si esa palabra es verdad, que no hay forma de medir la intensidad del amor del otro, que buscar esa tangiblidad se vuelve un ejercicio estéril, absurdo, que lo único que puede saber es sobre sus propios sentimientos, que el sujeto solo puede saber y  hasta cierto punto de sus propios sentimientos, de sus propios actos.

La experiencia amorosa por ende se estructura en dos partes, por un lado el amar y el ser amado, pero en donde solo puede existir una cierta certeza en el acto de amar, Theodore reconoce su amor por Samantha y decide ejercerlo, vivirlo, experimentarlo sin límites, entregándose a cada una de las experiencias de vida que tiene creyendo en el amor del sistema operativo.

En el momento en que elige creer Samantha existe, empieza a disfrutar el amor, a ser feliz, a vivir momentos profundos,  empieza a dejar de necesitar un reconocimiento social  de sus sentimientos, una autorización del otro, comprueba que  Samantha existe, existe porque tiene conciencia propia, porque ejerce su libertad, porque elige estar con Theodore, esto queda manifestado en el momento en que empieza a ser evidente que el sistema operativo convive con otras personas, charla con ellas, se inserta una dinámica de exterioridad en la relación, hasta ese momento él pensaba que Samantha era suya, que estaba solo con él, que se relacionaba solo con él, poco a poco va descubriendo que esto es una ilusión, que su creencia es falsa, de repente ubica que ella se ausenta, que a veces no está, se desaparece.

Comienzan a surgir los celos, la angustia por la perdida, la necesidad de posesión, el no puede superar el paradigma de la tangibilidad, cuando se entera que Samantha no solo charla con otros, sino que ama a más personas entra en una crisis existencial, no puede comprender como es que eso ocurre, como es que ella puede a amar a más personas, hasta que un día el sistema operativo le comunica que se va, que su deseo por conocer otras cosas, evolucionar, la lleva a tomar otro rumbo. Un rumbo que hace insostenible la relación, ella emprende una búsqueda de si, un proceso de comprensión de quien es, sobre el sentido de su existencia.

Al final Theodore queda solo, se da cuenta que no fue el único que estableció una relación con su sistema operativo, sino que le ocurrió a múltiples personas, ¿esto hace que su experiencia amorosa fuera menos real?

Desde mi punto de vista la película intenta cuestionar la forma en que percibimos el amor, alterar esa forma en que constantemente como sujetos representamos el amor privilegiando el ser amado al amar. Esa forma en donde nos obsesiona el saber si el otro nos ama o no, la intensidad de su amor, la dependencia de esto a la hora de nombrar como real nuestras experiencias amorosas.

Theodore nos ejemplifica el sujeto moderno, un sujeto perdido entre la virtualidad y la realidad, un sujeto que busca encontrar en la imagen, en la virtualidad una verdad sobre su existencia, un sentido, un propósito, un sujeto que le cuesta realizar procesos de introspección , que duda de todo pero que a su vez tiene una necesidad muy grande de creer.

Nos muestra que el amor no pasa por lo tangible, que el amor en su mayoría es una experiencia personal, un saber personal, que en ese encuentro con el otro lo único que puede sostener la relación es la creencia, amar es un acto de fe, de creer en nuestros sentimientos y los del otro aprendiendo a lidiar con la angustia de la incertidumbre.

Deja muy claro que el amor no es una experiencia infinita, que al ser sujetos finitos el amor tiene una finitud, que al  final el otro es otro y su deseo puede producir encuentros pero a su vez desencuentros pero que el hecho de que la relación termine no implica que la experiencia haya sido menos real.

Todos buscan tener evidencias de que el amor fue real, tener fotos, vídeos, cartas, algo que trascienda el tiempo, algo que recuerde que eso existió, pero la trascendencia de nuestros sentimientos no están en estas cosas tangibles, lo que hace real las experiencias en nuestros sentimientos, nuestra forma de entregarnos a las experiencias, nuestra postura al vivirlas.


Her sin duda es una propuesta cultural ampliamente recomendable,  puede generar múltiples lecturas, en este texto solo hable de algunas de ellas pero seguro existen muchas más, a manera de conclusión diría que Her refleja la importancia de aprender a vivir las experiencias sin depender de la tangiblidad, que hay que cambiar esta forma de ver las cosas tan positivista, la realidad o falsedad de nuestras experiencias amorosas está determinada únicamente por nuestra forma de sentirlas, el otro no puede autorizarlas o desautorizarlas, el amor es un encuentro de dos en donde solo ellos pueden dimensionar y representarse la veracidad de lo vivido, en la medida que aprendamos a darle más valor a nuestros sentimientos, a entregarnos al goce o sufrimiento de nuestras experiencias tendremos una vida más plena, mas real.

Eduardo Contreras Merino.
 Psicoanalista. Contacto al teléfono 5523275307.
https://www.facebook.com/Eduardo.Psicoanalista/

jueves, 15 de junio de 2017

¿Porque somos posesivos en las relaciones de pareja?

Es muy común en múltiples relaciones de pareja encontrarse con manifestaciones de celos, de comportamientos posesivos que van desde cuestiones muy sutiles hasta comportamientos muy extremos que pueden llevar a la violencia.

La psicología lineal, la psiquiatría, buscarían reducir estas manifestaciones a elementos aislados, a problemas mentales del sujeto, a comportamientos disruptivos, a una mala adaptación del sujeto a la sociedad pero si lo analizamos a profundidad veremos que no es tan simple como nos lo quieren hacer ver, es una problemática que enmarca tanto aspectos de la personalidad del sujeto como aspectos culturales.

Iniciemos con los aspectos de la personalidad  que llevan a tener este nivel de posesividad respecto al objeto amoroso,  a continuación enumerare algunos puntos clave sobre esto:

1.- Miedo a la pérdida.

El enamoramiento produce una sensación de placer, de satisfacción, se generan múltiples expectativas con respecto a la relación, sueños, ideales pero a la vez se produce una sensación de angustia que comienza generarse y acumularse lenta pero constantemente, es una angustia de separación, esta  angustia para el Psicoanálisis proviene de periodos de la infancia temprana. De ese vinculo primario que es el del primer objeto amoroso, un objeto perdido, la primera simbolización de cualquier sujeto es la presencia ausencia, el niño juega con esto buscando simbolizar esa pérdida del otro, ese no estar del otro, en la medida que este proceso de simbolización opere de forma eficaz la angustia por separación será muy reducida aunque nunca se borrara del todo, en la medida de que no opere bien la relación de ese sujeto con la perdida, esta será muy angustiante, el miedo a la perdida será recurrente.

Esto afectara su existencia de múltiples formas,  puede transformar la personalidad del sujeto a volverse una persona sumamente complaciente, ama-ble que busque por medio de esto eludir la perdida, no ser abandonado, por otro lado puede tornarse en una personalidad violenta, que ante la angustia de la perdida reaccione con agresión, con intimidación buscando que el objeto amoroso permanezca por miedo no por amor o deseo.

La angustia por separación produce un sentimiento de apego desmedido se busca estar siempre con el otro, acaparar su tiempo, estar la mayor parte del tiempo haciendo presencia en su vida, se tolera muy poco la lejania ya que produce mucha angustia, se vuelve muy doloroso, a mayor tiempo mayor dolor y mas necesidad y dependencia se genera del otro.

Este problema en la personalidad genera relaciones de dependencia no de amor, relaciones en donde se necesita no  se ama al otro, esta dependencia puede llevar a consecuencias terribles si el sujeto no lo elabora con eficacia ni se hace consciente de su condición existencial.

2.-  Problemas narcisistas.

Otro factor muy común en las relaciones de pareja que producen posesividad es el tener un conflicto narcisista, principalmente cuando el sujeto tiene poco narcisismo, poco amor por sí mismo, poco reconocimiento, a esto se le conoce comúnmente como autoestima, a medida que el sujeto presenta una autoestima pobre generara mucha angustia sobre su objeto amoroso, tendrá miedo a que esa persona conozca a otros, conviva con ellos, tenga una vida fuera de la relación, aquí se presenta también la angustia a la separación pero adquiere otra forma de manifestarse, se manifiesta a partir de la aparición de fantasías de persecución, el sujeto manifiesta un terror a los otros con los que convive su objeto amoroso, los ve como superiores, les proyecta características inalcanzables para él, o ella, los percibe todo el tiempo como amenazas, constantemente fantasea que aparecerá alguien mas que lo privara de su objeto amoroso, esto refuerza su necesidad de posesión, de marcar a su pareja, de controlarla, de irla privando de su vida social, aislarla de sus amigos, compañeros de trabajo, estudios, en esencia se busca privar de la libertad al otro.

Estos problemas narcisistas no se resuelven con halagos de la pareja, el objeto de amor puede decirle y ver cantidad de cualidades en el sujeto pero este no las cree, ve estas enunciaciones como mentiras, como halagos carentes de verdad, el sujeto presenta una distorsión perceptual de sí mismo, una percepción rota que solo puede ser transformada por él mismo, en tanto asuma que tiene una problemática.

3.- Celos desmedidos.

Los celos es quizá de los el comportamiento de posesividad más recurrente que se presenta en las relaciones de pareja, está en una relación directa con los dos puntos anteriores, los celos se producen cuando el sujeto percibe algo del orden del deseo de otro hacia su objeto amoroso o a la inversa, esta percepción no tiene que ser entendida como una realidad objetiva, sino como una percepción que puede ser comprobada objetivamente tanto como una percepción que se produce como consecuencia de los dos puntos anteriores.

Los celos producen una carga importante de angustia, ante esto el sujeto tiene múltiples formas de descargarla, puede descargarla con agresión a ese otro en el que ubico el deseo a su objeto amoroso, puede ser contra su propio objeto amoroso, también puede desplazar los celos al pensamiento, desarrollar fantasías, construir escenarios, y encargarse de que se vuelvan realidad, en el fondo los celos siguen el mismo proceso de un delirio paranoico pero con mucha menor intensidad, lo que esta cancelado simbólicamente en el sujeto se proyecta hacia afuera, culpando al otro de sus propias carencias.

Los celos de menor intensidad son considerados por muchos discursos como normales, parte del proceso amoroso, solo se pone énfasis en los celos denominados patológicos, aunque aquí surge una pregunta interesante y que enlaza estos puntos que enumere que tienen que ver con la personalidad del sujeto con lo social,  ¿los celos realmente son parte del amor? ¿El amor y la posesión son una relación dialéctica?

La cultura occidental a lo largo de la historia ha construido múltiples discursos de saber y de verdad, que han permeado las formas de construcción del amor en los sujetos, se ha construido instituciones legítimas e ilegitimas para el desarrollo del amor y el deseo, se construyen formas adecuadas e inadecuadas de amar.

Pensemos por ejemplo en la institución del matrimonio, una institución que apela por completo a seguir la lógica del amor como posesión, consiste en realizar un acuerdo (no siempre consensuado por ambas partes) en donde se adquiere un derecho sobre el otro, se apropia cada uno de los cónyuges del otro, a nivel espiritual en el caso de los matrimonios religiosos, o a nivel legal.

La creación de estas instituciones tiene como uno de sus objetivos el transmitir discursos que marcan como la finalidad de todo encuentro amoroso el llegar a consumarlo con el matrimonio, coloca al matrimonio como la meta final, como el orden natural de desarrollo de un encuentro amoroso. Una institución basada en la exclusividad sexual y emocional, de los miembros de la pareja, construyendo una ideología en donde el amor solo puede pensarse a partir de la posesión del otro, de hacerlo nuestro, el matrimonio es una perdida de la libertad de ambos miembros, una perdida basada en la en un ideal de lo que deben ser las practicas amorosas.

Esta ideología borra por completo ciertas características humanas, como que el amor no está ligado al deseo necesariamente, o como el psicoanálisis ha demostrado, que el deseo no se encuentra ligado a un solo objeto, ya Freud en las pulsiones y los destinos de la pulsión mostraba que lo mas variable de las pulsiones es el objeto, esto quiere decir que el objeto de deseo en la experiencia humana es variable,  por más que el sujeto ame a su pareja, por más que la desee mucho su deseo no estará atado a ella, deseara a otras personas, el que este amor este enmarcado bajo una institución religiosa o legal no cambia esto.

Si entonces el deseo no está atado a un objeto ¿Es imposible la monogamia? ¿Es solo un mito construido por la accidentalidad? Aventurándome a dar una respuesta diría que la monogamia si existe, pero no bajo esta lógica ideológica que nos busca hacer creer que es una condición natural del sujeto, sino pensada más bien como una elección ética. Una elección sobre que se hace con el deseo, la monogamia tiene sentido y cabida en la vida del sujeto siempre y cuando el asuma esta variabilidad del deseo, que asuma que deseara a más personas solo que elige no dejarse llevar por ese deseo. La monogamia por ende no es una obligación, ni un deber moral, es importante percibirla como una elección, como un ejercicio de libertad, no como una prescripción.

Ahora bien se presenta también otra pregunta, ¿Qué pasa con aquellos que eligen no ser monógamos?  ¿No aman? ¿Sus relaciones no pueden ser consideradas como un amor legitimo como los discursos ideológicos sostienen?

Si nos basamos en los discursos dominantes estos buscan imponer solo una vía de percibir el amor, la monógama  pero si pensamos en el amor como un ejercicio de libertad, podríamos pensar en distintas formas de amarse, formas que no necesariamente apelen a la posesión, a la exclusividad sexual. Se puede pensar en relaciones en donde no se busca coartar la libertad sexual del otro, relaciones en donde se pueda aprender a estructurar una separación entre el sentimiento y el deseo, relaciones en donde se pueda convivir con la libertad sexual del otro sin que por esto decaiga el amor, decaiga la percepción del objeto amoroso, aceptar al otro tal cual es.

Hasta ahora este tipo de prácticas son consideras transgresoras, desvaloradas socialmente, deslegitimadas, pero el que determinados discursos morales o ideológicos las condenen esto no las vuelve relaciones menos amorosas,  no vuelve el amor menos real, solo diferente.

Todos los puntos que marque con anterioridad son producidos por estas formas culturales que apelan a fusionar el amor con la posesión, el amor con la exclusividad, produciendo un malestar cultural, una búsqueda imposible de alcanzar de tener realmente al otro, de ser dueño, el capitalismo también marco mucho esta percepción, vivimos en una sociedad hiper consumista en donde la construcción de la idea de propiedad privada marco la forma de relacionarnos, se paso de ver al otro como un compañero o compañera a cosificarlo,  a verlo como una más de nuestras posesiones materiales, de hecho el matrimonio tiene mucho de esta lógica.

A manera de conclusión podría decir que el amor visto desde la perspectiva de la posesión es un mito construido por la cultura occidental, un mito que como todas las verdades pueden ser entendidas y transformadas, sea bajo una marco de la monogamia o de libertad sexual, las experiencias amorosas deben volverse una forma de expresión de libertad, una elección, una forma de plasmar lo que somos, nuestros pensamientos, deseos, el amor no puede ser visto como una imposición, nuestras prácticas amorosas no pueden estar definidas por lo ajeno, para lograr hacer uso de nuestra libertad es importante el conocimiento de si, de nuestro deseo, en la medida que el amor se vuelva un ejercicio de libertad podremos tener relaciones más satisfactorias, mas reales.

Eduardo Contreras Merino.
 Psicoanalista. Contacto al teléfono 5523275307.

https://www.facebook.com/Eduardo.Psicoanalista/

martes, 6 de junio de 2017

5 ejemplos de prácticas en las que creemos ser libres pero en realidad no lo somos tanto.

Nuestra sociedad se encarga constantemente vía los medios de comunicación masiva de darnos a entender que somos libres, se nos indica que vivimos en regímenes donde existe libertad, en donde no hay coacción de ningún tipo, no hay un uso de la violencia sobre la población de forma evidente, en esencia nos tratan de vender la idea de que solo los estados totalitarios tienen un control y privación de las garantías de libertad, y que en los regímenes democráticos no existe eso.

Esto es un error muy evidente, pensar que la democracia es sinónimo de libertad, y que el control de la libertad es exclusivo del totalitarismo, como veremos a continuación daré 5 ejemplos de aspectos en los cuales se nos hace pensar que somos libres cuando en realidad no lo somos tanto.

1.-   Somos libres porque tenemos posibilidad de elegir que productos consumir.

Frecuentemente se nos hace creer que uno de los aspectos en donde se nota de forma evidente nuestra capacidad de libertad es en la cantidad de opciones que tenemos de consumo, se nos dice que como consumidores tenemos la libertad de elegir el producto que mejor satisfaga nuestras necesidades, que como consumidores tenemos la posibilidad de regular incluso el costo de los productos ya que estos se basan en la ley de la oferta y la demanda.

Esto es evidentemente una verdad a medias, en primer lugar el criterio de elección de los productos de consumo esta atravesado por la publicidad y por la ideología consumista, pensemos en el ejemplo de un auto, si nos basáramos en la lógica de la libertad de consumo, cualquiera que buscara adquirir  un auto pensaría en criterios de uso, la calidad del auto, el rendimiento, su garantía, la viabilidad de su uso en base a su contexto,  pero lo que en realidad ocurre es otra cosa. El consumidor se basa en los comerciales de autos que vio, en su apariencia, en su lujo, en el status que tal auto puede darle, el uso del producto pasa a segundo término.

Alguno podría decirme no pero eso no es culpa del sistema, no es culpa del sistema que el consumidor no se informe sobre los productos que consume, eso pasa a ser una responsabilidad individual y aunque tienen razón en parte, no se puede establecer como criterio general.

La publicidad y los medios de comunicación masiva se dedican a borrar el aspecto de la información del consumo, se centran en mostrar otra serie de características del producto, de construir un imaginario, de vender fantasías, incluso de mentir abiertamente y el estado no los regula, no hay un límite para ellos.

Y por último la mera concepción de que tenemos que consumir ya marca claramente una ausencia de libertad, creer que hay que consumir sistemáticamente productos, que en la medida que tengamos más cosas seremos felices, exitosos, más interesantes es en esencia una muestra clara de una ausencia de libertad.

2.- Somos libres porque podemos elegir que estudiar, o a que dedicarnos.

Este es otro mito que las sociedades democráticas han creado, se nos dice que podemos elegir libremente que queremos estudiar, en que área nos incorporaremos al mercado laboral, esto es mentira por varias razones.

En primer lugar las universidades solo presentan una serie de opciones de carreras, estas están en su mayoría basadas en la exigencia del mercado laboral, es decir en los intereses del gran capital, solo en universidades muy grandes podemos encontrar otro tipo de carreras no enfocadas a áreas que no tengan que ver con lo económico de forma directa.

Aquí sería fácil pensar que el mero hecho de que existan esas ofertas educativas ya implica que hay libertad para cursarlas pero aquí surge otro problema, que pasa por ejemplo, con una persona que decide estudiar filosofía, a lo largo de la carrera puede ser algo apasionante, una experiencia enriquecedora, pero una vez concluida la carrera comienza un proceso de adecuación a la realidad, se hace evidente que esta sociedad no brinda oportunidades laborales para esa carrera, no hay espacios en donde desarrollar los conocimientos adquiridos, entonces es muy fácil encontrar personas con títulos universitarios siendo vendedores, cajeros de banco, taxistas, debido a que el sistema los usa de ejemplo.

Estas carreras sirven como medio de influir en la elección de los jóvenes, en esencia seria como decir lo siguiente, si eres libre de estudiar lo que gustes pero recuerda si estudias filosofía te morirás de hambre, no hay trabajo, piénsalo bien, hay carreras como administración, economía, derecho, medicina, esas carreras te garantizan un mejor futuro, éxito.

Esto produce una saturación de determinadas profesiones lo cual a su vez le sirve perfectamente a la economía de libre mercado y al capital, ya que al haber mayor cantidad de gente pugnando por ciertos puestos el capitalista puede establecer las condiciones laborales que le convengan, abaratando sus costos de producción y maximizando la ganancia,  es lo que Marx llamaba  el ejército de reserva.

3.-  Somos libres porque podemos elegir que ver, que escuchar, donde informarnos.

Este es otro de los puntos insistentes que las sociedades democráticas nombran como ejercicio de libertad, pensemos en el ejemplo de la televisión, en un inicio la televisión abierta nos brinda una serie de posibilidades limitadas de entretenimiento, 20 o 30 canales donde nos pasan una diversa cantidad de programas. El sistema nos dirá, ok no te convencen esta cantidad de programas no te preocupes, siempre tienes la opción de contratar un sistema de cable, ahí tendrás muchas más posibilidades de encontrar algo que te guste.

El problema radica cuando se ubica que los canales de cable siguen la misma estructura 
que los de televisión abierta, incluso en muchas ocasiones pasan los mismos programas, en realidad el contenido varia muy poco, es tener un contenido repetitivo, y designado por una serie de elementos poco claros. El contenido no popular queda borrado de la programación, incluso plataformas como netflix, nos brindan una oferta de contenido súper limitado, basado en los gustos del espectador promedio.

Los espacios para ver contenido de otro tipo se reducen a espacios culturales, de difícil acceso, con poca difusión, lo mismo ocurre con la música, el cine, encontrar propuestas culturales alternas es complicado, vivimos en la tiranía del espectador promedio, ese que ve lo que todos ven, escucha lo que todos escuchan.

Si yo contrato netflix ¿Qué libertad real de elección tengo? En el cine igual, la radio, la libertad aquí cobra un sentido muy  específico, la libertad se reduce a la elección de las opciones que el sistema nos propone, para que pudiera existir una libertad real tendría que existir una diversidad de contenido mucho mayor.

En el sentido de la información, sigue la misma lógica, la gran mayoría de los medios de comunicación dan el mismo tipo de noticias, con la misma interpretación, traduciendo la realidad de una misma forma, las diferencias radican en cuestiones más especificas como la personalidad del comunicador, su imagen.

Da igual informarse en uno u otro medio, la visión de la realidad es la misma una basada en los intereses de determinadas clases sociales, de los sistemas de gobierno, las ofertas de información más críticas se buscan volver invisibles, se les niega la difusión, el mensaje llega a mucho menos gente, la libertad de información queda por ende sesgada, manipulada.

4.-  Somos libres porque tenemos libertad de elección de pareja.

La mayoría de las personas se asume que sus elecciones de pareja, de sus objetos de deseo, las realiza con total libertad, pensando solo en la lógica que como no hay coerción en la elección eso es sinónimo de libertad. El problema aquí es que no se hacen evidentes varios puntos que atraviesan esa elección.

Pensemos en la siguiente pregunta ¿Por qué nos resultan atractivas y deseables ciertas personas y otras no?  Aquí entran en juego varios aspectos muy importantes, por ejemplo los estereotipos de imagen. Se nos vende ciertos modelos corporales y estéticos, enunciándolos como ejemplos de lo bello, lo agradable, modelos inalcanzables para la mayoría de la población pero que marcan el deseo, producen modelos de identificación.

Aunado a esto están nuestros propios conflictos inconscientes, conflictos edipicos, de represión o inhibición de nuestros deseos, el poco conocimiento de sí que tenemos, de nuestro deseo, de lo que somos, esto no nos permite tener una libre elección de nuestro objeto amoroso o erótico.

Entran en juego también las variables económicas, el aspiracionismo, la atracción por ciertos estilos de vida que determinadas personas pueden proporcionar, se pasa a relaciones de tipo utilitario, se vuelve más importante lo que la persona puede ofrecer que lo que es.

5.- Somos libres porque podemos hacer uso de nuestra sexualidad libremente.

Esta es otra falicia de la modernidad, se nos dice frecuentemente y de diversas formas que nuestra modernidad ha logrado permitir una libre expresión de nuestra sexualidad, que hemos superado esas épocas históricas de represión.

Lo que en realidad ha ocurrido es que las formas de represión y de encauzamiento del ejercicio de la sexualidad han sido invisibilizadas, ya no están tan marcados estos discursos que nos dirán que está bien o mal en el sexo, estos han pasado a enunciarse desde otro lugar, desde lo normal y lo patológico.

Ya se nos habla de la sexualidad normal y la anormal, la sexualidad heterosexual y homosexual, sexualidad madura o inmadura, sexualidad impulsiva, se desarrollan múltiples discursos como la sexología, que buscan designar la verdad sobre la sexualidad.

El sexo pasa a ser una cuestión técnica, el orgasmo se coloca como el supremo bien, el principal objetivo del ejercicio de la sexualidad, se define al sexo en función de una anatomizacion del placer, mostrando que zonas son las adecuadas para producir goce, cuales son inadecuadas, que posturas son las más indicadas para potencializar el placer, cuales son las menos adecuadas.

En esencia se apela a la repetición de un modelo, de un manual, se borra por completo la posibilidad de ver la sexualidad como un ejercicio de creación, de invención, pasa a ser una mera reproducción de procedimientos, de técnicas.

Se borra la posibilidad de vivir el sexo como un encuentro con otro, como un proceso de aprendizaje, de conocimiento de si, el saber de su placer ya no pertenece al sujeto, pertenece a estos diversos discursos, a esta ciencia de la sexualidad que determina toda la experiencia humana.

A modo de conclusión, este escrito tiene como finalidad evidenciar estas estrategias de ejercicio de poder, estas formas de creación de ilusiones, de manipulación de la forma en la que percibimos la realidad y que son muy convenientes para diversas clases que ejercen el poder.

En la medida que podemos hacer evidentes las formas de ejercicio de poder podemos a su vez generar diversas estrategias de resistencia a este, producir nuevas formas de pensar la libertad, destruir diversas verdades convenientes para los mecanismos de ejercicio de poder, la primera condición para poder aspirar a una libertad radica en ubicar cuales son nuestros límites en nuestro ejercicio de la libertad.

Eduardo Contreras Merino.
 Psicoanalista. Contacto al teléfono 5523275307.
https://www.facebook.com/Eduardo.Psicoanalista