viernes, 29 de marzo de 2019

La sociedad de la opinión, la tirania de la Doxa y la decadencia de la Episteme.


Nuestra sociedad atraviesa uno de los momentos más oscuros en relación al conocimiento, tanto en el conocimiento epistemológico como en  el conocimiento sobre sí mismos, vivimos en la era de la tiranía de la opinión, una era definida por la expresión y masificación de determinados discursos sin ningún tipo de respaldo epistemológico, una serie de opiniones basadas en alienaciones ideológicas las cuales se les ha dado el lugar de verdad, a lo largo del texto hare una reflexión acerca de cómo esta subjetivación social opera a partir de que aquello que Platon denominaba como la Doxa y como esto ha  producido una lenta pero constante degradación de aquello que Platon denominaba la Episteme.

Para Platon existen cuatro tipo de formas de conocimiento posibles los cuales se traducen en 4 grados de realidad  en los sujetos, cada una de estas formas de conocimiento producen determinadas formas de subjetivación y de relación del sujeto para con su mundo, es decir, le permitirán tener mayor o menor claridad y comprensión de su realidad.

1.  La Eikasia (imaginación). Para Platón la imaginación es el grado de percepción y de conocimiento más alejado de la verdad, a la producción de la imaginación los define como Eikones, una serie de imágenes que solo son un reflejo de la realidad, algo especular y no real, y que se basan en la sensibilidad pero no una sensibilidad afectiva sino en la mera apreciación sensitiva, en una predilección de la mirada como forma de definir la realidad a partir de lo perceptible visualmente, es el mundo de las imágenes pero a su vez en este terreno Platón inserta la Techne (arte) que las coloca como un conocimiento figurativo, que frecuentemente puede producir imágenes equivocadas de la realidad, falsas percepciones del mundo, el arte puede producir un conocimiento acerca del mundo pero no es un conocimiento que pueda acceder al grado de una verdad ya que está basado en la percepción y  la expresión personal, es una interpretación del mundo que a su vez produce otras formas de interpretación, esto puede dar lugar a representaciones de la realidad más fidedignas o representaciones de la realidad que distorsionan la verdad sobre la realidad.

2. La Pistis (creencia). La creencia es otra forma de conocimiento del mundo, para Platón está en relación a los hábitos, también puede significar confianza, es decir es un tipo de conocimiento basado en la confianza en aquello que se ha vuelto un habito, una constancia sobre la realidad exterior al sujeto, esa constancia es aquello que le permite mantener una tranquilidad con respecto al mundo exterior y una percepción de que aquello en lo que cree y confía es real. La creencia requiere de la elaboración de certezas, de constancias inmutables, por tanto es un grado de conocimiento inferior ya que no apela a conocer la verdad sino a definir la realidad en función de construir una constancia.

Los Eikones y las creencias  del mundo exterior es aquello que Platon denomina como Doxasta, el mundo y dominio de lo opinable y sus procesos de conocimiento son las Eikasia y la Pistis cuya unión produce la Doxa (opinión) esto implica que todo conocimiento basado tanto en la imaginación como en las creencias jamás pueden acceder a ser colocados como conocimientos que están en relación a la verdad, sino en relación al terreno de lo perceptible, de lo interpretable y lo sensible, son formas que reflejan el modo de vivir, de sentir, de creer de los sujetos pero que no podrían ser considerados como verdad, no en el sentido de una verdad sobre si ya que lo que el sujeto siente o percibe es real y verdadero ante él pero no puede generalizarla ni imponerla a los demás como una verdad evidente y reconocible por los otros.

En un grado de conocimiento diferente Platón denomina como la Noeta a aquel mundo de lo inteligible, de lo razonable, pensable, y lo analizable y define dos tipos de conocimientos que están en relación a este mundo.

1. La Mathematika (matemáticas). Este conocimiento aborda todo aquello que es del orden de lo que Platón denomina como entidades matemáticas, geométricas, y similares, su forma de accesos a este conocimiento es vía la Dianoia (conocimiento deductivo)  cuyo conocimiento tiene a su vez una serie de limitantes ya que se quedan en el nivel de construir principios de constancia y no se alejan demasiado de la creencia, los matemáticos apelan a definir la realidad a partir de sus formas, sus dibujos geométricos, sus operaciones, creen que aquello enuncia una verdad por sí mismo, como si en el acto de nombrar y de analizar deductivamente implicara a priori  una verdad, es aquello que Foucault denomina como la mathesis, esta necesidad del pensamiento occidental de buscar transmutar la realidad al pensamiento matemático, definir la realidad a partir de sus principios lo cual no los sitúa demasiado lejos del dogma, ya que al partir sus definiciones de principios basados a su vez en otros principios dados por supuestos verdaderos lleva a una cadena de reproducción de conocimientos, y a la creación de una determinada forma de percibir y representar.

2. Los Archai (principios). Los principios son aquello que define las cosas como son, es lo que permite entender el funcionamiento último de los procesos de la realidad, la esencia de las cosas y lo seres, y su vía de acceso a este conocimiento es la Noesis (inteligencia o intuición) para Platón esta es la forma de conocimiento más elevada, ya que a diferencia de la Mathematika que inserta el orden de la creencia en la construcción de su conocimiento la Noesis se relaciona para con estos principios únicamente como hipótesis que pueden ser corroboradas o descartadas y que están en un continuo cambio o evolución, son vías de acceso a la verdad, procesos de desarrollo de una verdad.

Para Platon entonces no existen ni solo un conocimiento sensible o perceptible, ni solo un conocimiento del orden de la razón, se encuentran permanentemente en un estado de influencia uno sobre el otro en el caso de las almas y seres evolucionados y que han desarrollado su espíritu, estas formas de conocimiento están en estrecha relación con lo que se denomina como la Epymelia Hatou (inquietud de sí), implica todo un proceso de desarrollo del espíritu para acceder a grados cada vez más complejos de conocimiento, posibilitan el acceso al sujeto a la espiritualidad entendiendo esta como un conjunto de ejercicios y transformaciones subjetivas que se dan en un sujeto para acceder a una verdad sobre si o sobre el mundo, a menor espiritualidad el humano representa su realidad a partir de la imaginación y las creencias, a mayor grado de espiritualidad se desarrolla el pensamiento deductivo, la inteligencia y la intuición, que a su vez generar distintas formas de subjetivación y de actuar en las personas.

Después de todo este recorrido teórico es más sencillo comenzar con el motivo eje del escrito, actualmente vemos como gracias al crecimiento de los medios de comunicación masiva, de las redes sociales, de los teléfonos inteligentes, que el acceso a la expresión es cada vez más sencillo y simple, basta con poseer un dispositivo y conexión a internet para poder enunciar una postura respecto a diversos temas que son designados como interesantes, millones y millones de espíritus pobres tienen la necesidad de ser escuchados, leídos, y se sienten con total legitimidad de enunciar aquello que para ellos es una verdad irrefutable, pero, ¿realmente es una verdad?

La respuesta a esto es muy evidente, la mayoría de estas personas se encuentran en el terreno de la Doxa es decir del mundo de lo opinable, sus expresiones están basadas en creencias ideológicas, o en su propio sistema imaginario, están estructuradas a partir del orden sensible y perceptible pero son carentes de análisis y reflexión, lo único que reflejan son sus espíritus huecos, su nula inquietud de si y de su mundo y se conforman con respuestas simples y reduccionistas a fenómenos complejos de la vida humana.

El que existan una gran cantidad de personas con pobreza espiritual no es algo nuevo en la historia, ya desde los tiempos de Socrates enunciaba que la inquietud de si no era para todos, que solo unos cuantos se animaban a recorrer esa camino, la diferencia radica en que mientras en la antigüedad la pobreza espiritual era motivo de vergüenza y por ende llevaba a los pobres de espíritu a no pronunciarse en temas para los cuales estaban ampliamente rebasados, en la actualidad la pobreza espiritual se ha elevado al estatus de un bienestar, la ignorancia se percibe actualmente como sinónimo de felicidad, como modelo de identificación a seguir, aparecen los Influencers, los líderes de opinión, sujetos con una pobreza espiritual alarmante, charlatanes envestidos de un lugar de saber que enuncian verdades a medias en el mejor de los casos, en la mayoría de los casos solo enuncian aquello que su pobreza de conocimiento les alcanza a enunciar, prejuicios, dogmas, discursos morales, experiencias personales, es para lo único que les alcanza.

Esta expresión masiva de los pobres de espíritu se nos ha vendido bajo el nombre de libertad de expresión, se ha construido un discurso ideológico que sostiene que nuestra sociedad es más evolucionada que la antigüedad ya que todos pueden expresar su opinión y que esta  es igual de valida que cualquiera, todo aquel atisbo de ejercicio de pensamiento reflexivo o uso de la inteligencia es leído como elitismo, como algo en contra de la democracia, cualquier expresión cultural que exija un mínimo de análisis, de reflexión es pensada como algo elitista, como expresiones presuntuosas, mamonas, desagradables.

Esto ha generado un nuevo modelo fascista, una tiranía de las masas como bien la define Ortega y Gasset, una cultura diseñada de tal forma que refleje perfectamente la pobreza espiritual de la mayoría de sus miembros, vemos así como el cine, la literatura, los medios de comunicación, el arte, están diseñadas únicamente para ser percibidas y para producir sensaciones pero para obturar la posibilidad de reflexión, de análisis, de cuestionamiento de aquello que perciben, imponen formas de representación de la realidad, modelos de identificación que apelan a ser reproducidos y masificados.

El problema se agudiza porque sus efectos también tocan al sujeto mismo, tocan su ser, o más específicamente anulan su ser, al decaer la reflexión como vía de acceso a la representación del mundo, esto lleva al sujeto a no reflexionar tampoco sobre sí mismo, a anular su inquietud de si, vemos así como este modelo de representación basado en la percepción y la sensación se vuelve también la forma de relacionarse para consigo mismo y para con los otros, los que, para que, porque, dejan de ser relevantes en las personas, para pasar únicamente a vivir alienadamente privilegiando aquello que se mira y se siente pero no  es un mirar y sentir autentico, ya que para esto habría que preguntarse sobre eso que se ve y se siente, son percepciones basadas en un sistema de creencias predefinidas y en modelos de imaginarios que preceden al sujeto re direccionando sus sensaciones y percepciones en función de intereses económicos y biopoiliticos dominantes.

Esta idea de la democratización de la libertad de expresión lo que encubre es toda una estrategia biopolitica de homogenización del pensamiento  y del ser, apela a construir sujetos que sientan y perciban el mundo en relación a distintos subgrupos discursivos ante los cuales el sujeto se identifica y los reproduce, vemos así como están los tolerantes-intolerantes, conservadores-liberales, machistas-feministas, veganos-carnívoros, discursos que se venden como mercancías a consumir y dan respuestas simplistas y superficiales en su mayoría de los casos. ¿El problema está en incorporarnos a un discurso entonces? No, el problema radica en la nula profundización de ese discurso, en asumir una postura de no reflexión y análisis de esos discursos, el poder tiene clarísimo que el saber empodera, por eso le ha declarado la guerra a todas aquellas epistemes que apelan a generar reflexión y análisis y difunde aquellas que producen verdades dogmáticas, el desarrollar el espíritu y el tener inquietud de si es un proceso largo y doloroso pero que permite un acceso a la libertad y al tener un poder sobre sí mismo, aquellos que buscan respuestas simples e incuestionables se condenan a reproducir, a no ser.

Eduardo Contreras Merino


jueves, 21 de marzo de 2019

El deseo indiferente, la libido del envoltorio.


En la actualidad todo aquello que habla de nosotros mismos, nuestros deseos nuestras pasiones, nuestro cuerpo es decir todo aquello que es el del orden de las pasiones y  no de la pasividad no es bastante extraño, se han tornado un ente desconocido, un enigma, se ha construido un vacío abismal entre el sujeto y sí mismo, el biopoder ha hecho del cuerpo y de la experiencia humana su blanco principal para construir formas de subjetivación basadas en el consumo, en el espectáculo, la finalidad de esta reflexión es mostrar como uno de los efectos de este biopoder ha sido la producción de cosas-que-sienten y cuyo deseo si es que se le puede denominar así es un deseo indiferente, es una libido del envoltorio, de la imagen.

Con la sustitución del arts erotica  por la construcción del sexo y el deseo como un dominio de saber, la sociedad paso de ver el sexo como una expresión de aquello del orden de lo pasional para verlo como una técnica, como un conocimiento a develar, a descubrir, su relación para con su cuerpo y su deseo dejo de ser un asunto personal para pasar a ser un tema de dominio público y un conocimiento definido por un conjunto de disciplinas científicas.

La sociedad del espectáculo con su tiranía de la imagen ha venido como si fuera un slogan publicitario a decirnos que el deseo es producido y encendido por la belleza, que el erotismo gira entorno a un mecanismo perceptual cuyo objeto es la reproducción de un modelo estético dominante, ante esto pronto vemos que el slogan es una mentira, ya desde Platon veíamos como el deseo no está producido por la belleza, en su proposición de que   Eros no es ni bello ni feo, ni joven ni viejo,  se inserta  que el deseo es algo del orden metafísico, algo que trasciende la carne., el cuerpo, algo que es del orden espiritual. Spinoza en la ética define el deseo (cupitidas) como “la esencia misma del hombre en cuanto concebida como determinada a hacer algo en virtud de una afección cualquiera que se da en ella” y es justo esta esencia de la que la sociedad del espectáculo y el bipoder buscan privar a los sujetos.

En Freud con el concepto de libido y de pulsión también encontramos un elemento metafísico del deseo, el deseo no es mero instinto, no es una mera reacción carnal, el deseo es un intrincado sistema de representaciones que permiten al sujeto adquirir una determinada inclinación erótica por un objeto, un objeto que no es una imagen, un sujeto que no es un concepto, es una representación y la libido es esa energía producida por la pulsión erótica,  es esa inclinación a buscar ese objeto de deseo, toda la historia de la filosofía coincide en el elemento metafísico del deseo, en que el deseo es algo más que una mera imagen que es más que una mera manifestación corporal, el deseo trasciende la carne para generar un unión entre el cuerpo y el espíritu, entre la pasión y la actividad necesaria con respecto a ella.

La función de la sociedad del espectáculo y el biopoder es la de borrar ese elemento metafísico del deseo por medio de la construcción del sexo como dominio de saber, como un discurso de saber-poder, el deseo es reducido a su dimensión carnal, los cuerpos son buenos o menos buenos, las erecciones, lubricaciones, posiciones, se clasifican en satisfactorias o insatisfactorias en relación a la lógica del libre mercado y el rendimiento, el cuerpo se mide entonces entorno a la cantidad de goce que se puede obtener de él, no hablamos de placer ya que para ello el sujeto tendría que incorporar algo más que su mero cuerpo en la relación sexual, el placer es algo ajeno , algo inalcanzable.

Si partimos de la premisa que una de las funciones simbólicas de la sociedad del espectáculo consisten en construir una serie de discursos entorno a  lo espectacular, esto en la experiencia del deseo se traduce en una clasificación de aquello que se ubica como lo espectacular del cuerpo, se aterriza en un desfile permanente de cuerpos espectaculares, cuerpos capaces de producir una gran cantidad de deseo por sus culos enormes, sus pechos inmensos, sus músculos marcados, sus barbas perfectamente cuidadas, cutis, tersos, un estilo de la moda,  vemos así como el deseo comienza entonces a fragmentarse, el cuerpo deja de ser una parte del ser para colocarse como la única parte relevante ligándose a una lógica del consumo, un consumo que se basa en la espectacularidad del producto como en el uso de ese producto.

Otra de las funciones de lo espectacular es borrar la falta, la imagen de la mujer con el culo enorme, del hombre con músculos marcados y barba cuidada simétricamente vestidos al último grito de la moda solo encubre su pobreza existencial, no hay que charlar más de 5 minutos con alguna de estas mercancías, para descubrir un profundo vacío intelectual, cultural, ideológico y afectivo en ellos, han sido reducidos a un mero cuerpo, por eso les aterroriza envejecer, enfermar, por eso se desarrolla en ellos una obsesión por mantener aquello que es lo único que los define, es lo único que los hace visibles.

La mal llamada libertad sexual moderna se reduce a una mera acumulación de mercancías, no hay diferencia entre aquel o aquella que tiene un iphone, un ipad, una laptop, una televisión inteligente y que su consumo se basa en la acumulación que aquel que está en una búsqueda desenfrenada por acumular cuerpos, el goce no radica en el encuentro sexual en sí mismo, en el encuentro con el otro que se traduce en una expresión de erotismo, el goce radica en la posesión y acumulación del cuerpo del otro, de ahí la aparición de los “Nudes” de los “Packs”, si una de las bases de la sociedad del espectáculo es mostrar constantemente lo espectacular,  los nudes y packs cumplen esa función, el goce radica en mostrar aquello que se acumuló, aquello que se posee, solo evidencia el cuerpo como una mercancía más, como un producto consumido y al igual que la mayoría de las imágenes borra la falta, ocultan la experiencia sexual, el placer, vemos cuerpos desnudos en poses que ejemplifican una ortopedia del goce y de lo espectacular.

Otro de los efectos del espectáculo radica en la producción de un deseo indiferente, las cosas-que-sienten-que sienten ya no se preocupan por preguntarse acerca de su deseo, acuden a la televisión, a las revistas para hombres y mujeres, al cine, a los seudoestudios, para cubrir eso, esperan que les digan cual es el cuerpo deseable, cuales son las posturas sexuales que más goce pueden producir, cuales son las prácticas sexuales más eróticas, que tipo de personalidades son las mejores parejas sexuales, la consecuencia de transformar al sexo de una praxis erótica a un dominio de saber radica en la mecanización y homogenización del deseo, se le ofrece al sujeto toda una estructura taxonómica en la cual solo queda identificarse con alguno de esos lugares dentro de la clasificación y actuar en función de lo esperado y definido por estos lugares simbólicos, define por entero su relación para con su cuerpo y su goce a partir de estos dominios de saber.

Nos encontramos entonces con una oleada de personas no deseantes, que simulan desear para no desear, para no ocuparse de su deseo, sujetos que tienen nula inquietud de si, de sus placeres  y pasiones, un deseo mecánico cuyas consecuencias se ven a la vuelta de la esquina, paradójicamente mientras más relaciones sexuales hay en nuestra sociedad más se incrementan los padecimientos sexuales, más gente padece de disfunciones sexuales, problemas de erección de excitación de anorgasmia, lo cual en vez de llevar al sujeto a interrogarse sobre el lugar que el placer y la pasión tiene en su vida lo lleva a sujetarse a un dominio de saber que le establezca una terapéutica para reestablecer su deseo, demanda regímenes dietéticos que le permitan acceder a una vida sexual plena, satisfactoria, un régimen que no lo lleve a cuestionarse sobre su posición para con su vida, sus decisiones, su forma de desear, de percibir, se demanda una terapéutica que intervenga sobre lo único que existe, el cuerpo mismo, se genera así lo que definiré como ortopedia del deseo, la ortopedia del goce, el cual se basa en todo a una tecnológica disciplinaria que busca reducir al sexo a una serie de posturas, de ritmos, de técnicas, las cuales son prescritas al sujeto para su reproducción sin reflexión.

El segundo costo a pagar por la cosa-que siente-que siente en su sujeción a la sociedad del espectáculo radica en condenarse indefinidamente al sufrimiento, se acumulan en los consultorios de los psiquiatras y psicólogos personas con trastornos de somatización, con enfermedades psicosomáticas que a diferencia de la época victoriana freudiana en donde se producían por una represión del deseo ahora se producen por una indiferencia ante el deseo, por una incapacidad de ver en el deseo algo que trasciende el cuerpo, por la negación de la dimensión metafísica del deseo, son así eternos pacientes que esperan permanentemente la llegada del placer pero sin estar dispuestos a hacer nada para obtenerlo. Llegados a este punto surge una pregunta muy interesante, ¿Qué sería un deseo autentico?

Si el deseo indiferente, se caracteriza por un borramiento del ser y de la dimensión metafisica del sujeto y de una técnica de dirección de la subjetividad de las personas, el deseo autentico por medio de una inversión dialéctica se podría pensar como la antítesis de esos procedimientos, el deseo autentico seria ese deseo de desear, un deseo que se encuentra en un estado de permanente inquietud de si, un deseo que enuncia una verdad sobre aquel que desea, algo que lo humaniza, una expresión que permite la construcción de un Yo, pero no únicamente el yo social, sino que permite la diferenciación del sujeto para con los demás y a su vez permite una relación de reconocimiento social. Un deseo que posibilita un estado de  permanente creación y re-creación de los placeres, las inclinaciones, del erotismo, y que en esencia es de corte activo, al darle lugar a la pasión la actividad aparece dejando de lado la pasividad de la indiferencia, el dolor se incorpora como parte del acto mismo de desear, por eso no se coloca en el cuerpo, no se traduce en trastornos somáticos, ni en disfunciones sexuales, el dolor se juega en el sentido metafísico, en un dolor de la existencia que es intrínseco al deseo, el dolor y el placer se construyen en una relación dialéctica que constituye el deseo.

Para concluir mientras que en la época victoriana las preguntas con respecto al deseo eran del tipo ¿es correcto o incorrecto desear? ¿Qué deseos son normales y cuáles anormales? 
En la actualidad el interrogarse sobre el deseo ha dejado de ser relevante para simplemente enunciar respuestas, SE desea esto, SE goza de esta forma, un hombre o mujer SE debe ver de tal forma, el eje entonces radica en la posibilidad de poder salir de estos dominios de saber, la posibilidad de representarnos como algo más que un cuerpo, que una imagen, que un concepto para poder cuestionarse a sí mismo. El dilema sigue, ser cosa o ser sujeto, hay que elegir.

Eduardo Contreras Merino.

jueves, 14 de marzo de 2019

La figura del “experto” como agente del biopoder.


Es muy común encontrarnos en la actualidad en cualquier programa de televisión, de radio, en periódicos, debates que giran en torno a  ¿Cómo evitar el alcoholismo? ¿Qué hacer si mi hijo(a) es homosexual? ¿Cómo mejorar la vida sexual? En donde psiquiatras, psicólogos, médicos  enuncian una serie de discursos sobre estos temas y “discuten” sobre ellos. La intención de este texto es mostrar cómo esta figura del “experto” es un perfeccionamiento de una serio de estrategias de biopoder que encarna aquello que Michel Foucault denominaba como las relaciones de Saber-Poder.

Con la producción de la sociedad disciplinaria las ciencias humanas dejaron de ser aquellas áreas de la filosofía que buscaban generar una determinada relación de espiritualidad en aquellos que se aventuraban a profundizar en su estudio, para pasar a ser una forma de construir subjetividades, las ciencias humanas pasan a ser el mecanismo por medio del cual el poder se transforma del poder del soberano, un poder monárquico basado en la fuerza a pasar a ser un poder basado en el control y en el conocimiento de los sujetos, se vuelve un poder que busca ya no construir relaciones de vasallaje  sino producir determinadas formas de pensar y de comportarse en la población.

Las ciencias humanas son las que brindan la posibilidad de creación de técnicas de poder, vemos así como la pedagogía, la medicina, la sociología, la economía, se dedican al estudio del sujeto para poder desarrollar estas estrategias y construyendo espacios e instituciones destinadas a la reproducción de estos discursos de saber, tales como la escuela, el hospital, los psiquiátricos, la prisión, espacios de exclusión pero también de producción de saber sobre aquellos que se vigila y castiga.

Mientras que el siglo XVIII y XIX f estuvieron plenamente dedicados a la vigilancia y el castigo, el siglo XX se vuelve el espacio de la aplicación masiva de todo ese saber acumulado, principalmente a partir de la segunda mitad del siglo XX con el auge de la tecnología, la ciencia se coloca como bien enunciaba Nietzche como el nuevo dios y su discurso como la nueva palabra divina.

De todas estas disciplinas de lo humano la medicina es la que se instaurara como el discurso dominante en relación a lo humano, mientras que antes solo se conformaba con desarrollar procedimientos para arreglar nuestros cuerpos defectuosos como se arreglan las maquinas, poco a poco se comienza a apropiar de otras áreas de lo humano, comienza a convertir nuestros placeres culinarios en ingestas calóricas, en convertir nuestras fiestas y el estado de embriaguez en grados de alcoholismo y comienza a insertarse en un dominio de saber de lo que es más puramente humano, espiritual, personal, nuestras emociones.

La medicina moderna toma como desafío el buscar comprender las emociones humanas y generar un discurso de saber, un régimen dietético y medico con respecto a ellas, comienza así la era de la medicalización de la vida humana, una episteme positivista de lo que es ser humano, de que es el amor, el deseo, el odio, la culpa. Esta ciencia de lo humano empezara a construirse desde varios ejes.

1. La construcción de un nuevo sistema de representación de lo humano. Esta nueva forma de representar lo humano opera a partir de construir una forma de nombrar todo lo humano, de construir un nuevo discurso en el cual el sujeto se reconozca y se identifique, vemos como las palabras antiguas empiezan a dejar de tener sentido, la tristeza pasa a ser depresión, el amor pasa a ser química, el deseo a ser impulsos neurológicos y hormonales, lo espiritual es borrado en esta nueva lingüística de lo humano para dar paso únicamente a una visión del cuerpo-maquina.

2. El establecimiento de una taxonomía de lo humano. Estas nuevas formas de representar al sujeto son agrupadas taxonómicamente, se habla de las áreas de las emociones, de las percepciones, de los deseos, de los afectos, de los impulsos, las pasiones, ya la psiquiatría del siglo XVIII y XIX había dado algunos pasos en ello colocando el criterio de lo normal y lo patológico pero aquí hablamos de un sistema taxonómico de mayor profundidad, se busca abarcar y clasificar todos aquellos ámbitos de la dimensión humana, darles un lugar dentro de una estructura discursiva evitando así la posibilidad de deslizamientos de sentido, de equívocos, un sistema en donde se producen niveles de interrelación entre las distintas categorías, la depresión está ligada a la impulsividad y esta a su vez al deseo, el amor está ligado a la química y esta a su vez a lo hormonal, la pasión a la percepción y esta a su vez a los pensamientos y a los celos, nada escapa de tener un lugar, de estar perfectamente ordenado y clasificado.

3. La construcción de espacios de construcción y perfeccionamiento de este saber. El siguiente paso que ha seguido la construcción de estos dominios de saber es desarrollar espacios para la proliferación de estos discursos, ya no serán exclusivamente espacios de exclusión como en el siglo VIII y XIX, aquí la figura del a universidad toma un papel predominante como principal espacio de legitimación y producción de saber, las universidades se vuelven el espacio en donde se divulgaran estos discursos apelando a su masificación y legitimación epistemológica.

4. La implementación de la rehabilitación. Una vez que se ha construido el sistema de representación, el sistema taxonómico, se inicia el proceso de rehabilitación de los sujetos, se construyen las terapias que consisten en procedimientos basados en la estructura de lo sano y lo patológico, técnicas específicas que buscan llevar al sujeto a una normalización, a hacer que ame como SE debe, desee como SE debe, piense como SE debe, que tenga una adecuada regulación bioquímica, en esencia que encaje perfectamente en lo que el nuevo sistema de representación de lo humando define como lo saludable.

La figura del experto surge aquí como factor clave para la masificación de este dominio de saber, se vuelve el agente de divulgación y de reproducción de estas prácticas discursivas, aquí surge una pregunta relevante, ¿Qué legitima a un “experto”? ¿Qué es lo que le permite ser un “experto? Se podría hablar de 3 elementos que son los que le brindan esta legitimidad.

A) Lo académico. El “experto” debe cubrir un conjunto de credenciales académicas que le permitan legitimarse en ese lugar, vemos frecuentemente como lo presentan en programas como el dr en psicología, el dr en psiquiatría, el neurólogo, como mencione con anterioridad las instituciones académicas sirven como garante de la legitimidad,  el “experto” ha pasado por toda una serie de filtros académicos que le han hecho merecedor de un reconocimiento de una institución académica que avale su discurso y le otorga un lugar de ejercicio de poder.

B) El dominio del lenguaje técnico. El “experto” no solo debe tener la legitimación institucional, también debe dominar ese sistema discursivo de representación de lo humano, vemos así como en los programas se la pasa hablando de la depresión, de la química, de las neuronas, de los deseos, enunciados bajo este marco lingüístico positivista, nombra estudios, estadísticas, reproduce al pie de la letra el dominio de saber en el cual fue educado y adiestrado.

C) El dominio de una terapéutica. Otra de las condiciones es que el “experto” debe tener un dominio de la terapéutica, debe tener perfectamente integrados los criterios sobre lo sano y lo patológico aunque esto no es suficiente, para ser “experto” no basta con poder nombrar lo que está bien o mal, tiene que poder transmitir una terapéutica, una alternativa de curación, de rehabilitación.

Vemos así como la figura del “experto” se vuelve un mecanismo de difusión y masificación de un dominio de saber-poder,  que cubre 3 funcionalidades, por un lado masifica  y divulga ese nuevo sistema de representación de lo humano, difunde el nuevo sistema taxonómico de la experiencia humana y por ultimo ofrece una  respuesta de curación basada en su estructura de lo sano y lo patológico.

Los medios de comunicación masiva juegan como en muchos aspectos relacionados al poder un papel clave, vemos revistas como Quo que lanza artículos como “La química de la pasión”,  “El amor es una sustancia que reduce el stress” vemos estudios en donde se nos habla que el amor dura entre 18 y 30 meses, aquí sería importante preguntarse ¿Qué fines persiguen con la difusión de este dominio de saber? La respuesta es simple, producir sujetos-maquina, sujetos dóciles y obedientes.

Lo que caracteriza a este medicalización de lo humano consiste en extinguir la pasión y el espíritu de los cuerpos, nos priva de ser sujetos  vivientes para convertirnos en sujetos pacientes, en un doble sentido del término, aprender a sufrir y soportar pasivamente una existencia banal, miserable, vacía de pasión y al mismo tiempo volvernos dependientes de figuras de saber que nos dictan formas adecuadas de vivir, y nos prometen una vida saludable a cambio de renunciar a sentir y a elegir. En latin “Patior” significa sufrir pero también se puede deslizar a designar la pasión,  si la pasión designa una postura activa del sujeto para con su propia vida, el ser paciente designa lo opuesto, una postura pasiva, y es justamente esta postura activa la que se busca extinguir en las personas en función de su bienestar, de su salud.

En la actualidad encontramos como hay un desconocimiento sistemático de las personas sobre sí mismas, un desconocimiento que es cubierto por la figura del “experto” el cual  construye una pedagogía que enseña a las personas a cómo usarse a sí mismos, a reducirnos a ser solo aquello que el poder nombra, a convertirnos en aquello por medio de lo que el poder nos sujeta,  un cuerpo sin alma, sin pasión. Cada sentimiento, cada placer, cada emoción, debe pasar por la mesa de disección del “experto” el cual decidirá y nos dirá que es lo que es verdadero y saludable en nuestra experiencia, nos dirá que hay de verdad en nuestros amores, en nuestras pasiones, en nuestros deseos,  llevándonos poco a poco a que construyamos una dialéctica de pensamiento en donde lo pasional se ligue a lo patológico, volviéndonos unos pacientes eternos y condenados a ser un cuerpo vacío de espíritu, unos autómatas.

La importancia de reconocer y evidenciar esto es crucial, en la medida de que estos discursos dejen de ser legitimados pero sobre todo escuchados y reproducidos se producirá una posibilidad de resistencia al este biopoder,  dejaría las siguientes preguntas que me parecen clave como forma de resistencia ante este bombardeo sistemático de saber, ¿Por qué un “experto” sabría más que yo sobre lo que siento? ¿Por qué un “experto  sabría más que yo sobre lo que deseo? ¿Por qué sabría el  “experto mejor que yo quién soy? Si hacemos el ejercicio de preguntarnos esto la respuesta seria obvia, NO LO SABE, esto nos traería de regreso a nosotros mismos, a darnos cuenta que solo nosotros podemos responder nuestras dudas sobre nuestros sentimientos, sobre nuestros deseos, nuestras emociones, darle el poder a alguien más sobre esto nos condena a ser pacientes eternos.

Eduardo Contreras Merino.






2.     

jueves, 7 de marzo de 2019

La existencia impropia y banal, una mirada Heideggeriana.


El sujeto biopolitizado moderno se encuentra atrapado en un permanente nudo dentro de sus costumbres y rituales cotidianos, obsesionado con su rendimiento, con la productividad, con el consumo,  con la apariencia, vive constantemente atravesado por lo que Heidegger denomina el “SE” (das man) el sujeto está condicionado a trabajar, vivir, a tener ciertas formas de percepción de su realidad, a amar, a  desear,  porque así SE trabaja, así SE vive, así SE piensa, así SE ama, así SE desea.

Vive permanentemente delimitado por este “SE”, en el no hay una posibilidad de elección, este SE, aplasta su posibilidad de emergencia como sujeto, lo coloca como una cosa, un objeto que solo reproduce las ideologías dominantes de su tiempo, condenándose así a una existencia basada en la reproducción, se condena a nunca ser.
Como un intento de escapar de estas formas de existencia definidas a priori, el sujeto construye lo que para Heidegger serían las formas de existencia impropias, existencias inauténticas y banales. Operan como forma de resistencia al SE, como intentos de construir una nueva narrativa por medio de la cual el sujeto altera su realidad, la define como algo que no es, es decir construye una alteridad con respecto a lo que se es pero desde una mera apariencia, desde una mera simulación, en realidad el sujeto sigue atrapado en la tiranía del SE, no escapa de ella, solo altera las formas de representación construyendo así una existencia absurda, banal, pero sobre todo falsa.

Para Heidegger hay 3 tipos de rasgos que definen esta existencia impropia y banal en los sujetos, son 3 características que están más que presentes en nuestra sociedad moderna, una sociedad de la simulación permanente, estos 3 rasgos son, la falsa curiosidad, la palabrería y el equívoco.

1.- La falsa curiosidad. Este rasgo se observa en la forma en que el sujeto está en una búsqueda permanente de novedades, esta con una ansia constante de nuevas noticias, de más información, de conocer más cosas, pero lo que distingue la falsa curiosidad de la curiosidad real, de una duda rea a una falsa, radica en que en la falsa curiosidad el sujeto pasa de una información a otra sin detenerse jamás a analizar aquello que percibe, no genera ningún tipo de profundización de aquello que dice tener interés, saciando su curiosidad con elementos superficiales y abandonando rápidamente el interés en pos de buscar algo más.

Esta falsa curiosidad la encontramos muy presente en nuestra sociedad en diversos ámbitos, en el espacio de la información en la cual el sujeto se pierde ante un mar de datos los cuales consulta pero no reflexiona nunca entorno a ellos, los percibe y pasa inmediatamente a algo más, la situación se complejiza en la era de la biopolitizacion y del rendimiento, el sujeto a tener poco tiempo para su ser, generalmente tiene que priorizar entre el tiempo que le dedica al SE y a su verdadero ser, quedando generalmente relegado el primero, vemos así sujetos quejándose permanentemente de ausencia de tiempo para poder aprender algo, conocer a alguien, y que se manifiesta de forma importante en su relación con las demás personas, su interés falso lo lleva a contentarse con saber de ellas por medio de redes sociales, de sus fotos, de sus vídeos, de sus posts y reproduciéndose este mecanismo de falta de profundización relegando al otro a un mero pasatiempo, pasando de una foto a otra sin ningún tipo de emoción o sentimiento, y extinguiendo el interés con el paso de una imagen a otra, esto debido a que su verdadera propiedad es el SE, hacer lo que se debe y regir su existencia en función de eso.

2.- La palabrería. El sujeto moderno es un ente todólogo, parlotea y opina de todo, no hay espacio de saber, no hay tema en el cual no se sienta autorizado a enunciar una opinión, o al menos lo que él cree que es su opinión, habla y discute de cosas que no entiende, no asume las implicaciones de aquello que dice, para el sujeto moderno las palabras han perdido su capacidad de enunciar verdades, las palabras se han vuelto en una herramienta por medio de la cual se puede aparentar, la función de la palabra como forma de expresar sentimientos, emociones, pensamientos para ellos queda forcluida, lo relevante pasara a ser aparentar que se sabe.

Con este rasgo de la existencia impropia y banal el sujeto busca hacer parecer que sus pensamientos sus acciones, son propias, que son producto de procesos de reflexión, de análisis, de pensamientos, es otra estrategia vacía por medio de la cual busca eludir el SE, pero condenada al fracaso, ya que en cada acto de enunciación en el cual el sujeto cree que se enuncia a si mismo lo que en realidad está enunciando es lo que Se dice de tal tema, lo que SE oye de tal tema, reproduce así los esquemas ideológicos dominantes de su época, se opina liberalmente de un tema si la opinión colectiva dictamina y ve con buenos ojos ser liberal, se es conservador si la opinión publica lo dictamina, el sujeto va pasando así de una postura a otra con respecto incluso a los mismos temas, posturas que pueden ser incluso contradictorias y debido a la nula conciencia que se tiene del no saber con respecto a ciertos temas el sujeto no percibe jamás tal contradicción ideológica.

Este rasgo de la existencia falsa lleva a construir una carencia de sentido en  acceder a un conocimiento real sobre algo, el sujeto no le ve sentido a la posibilidad de construir una episteme, un saber sobre algo, las redes sociales son el ejemplo más concreto de esto, cuando Umberto Eco enunciaba que las redes sociales le han dado voz a una oleada de idiotas se refería a esto, algo que también aborda  Ortega y Gasset en la tiranía de las masas, se construye la tiranía de la opinión, vemos así masas y masas de sujetos para los cuales la episteme ha dejado de ser relevante, el profundizar, el analizar, el reflexionar sobre algo ya no es relevante, en las redes aparecen figuras de sujetos que con una mano en la cintura critican a personas que llevan años estudiando de un tema  y con los cuales hay una imposibilidad de discusión ya que no se construye una dinámica de sujeto- sujeto, sino de sujeto- cosa. Sujeto a cosa enunciadora de una ideología dominante, de sujeto-autómata.

3.- El equívoco. El último de estos 3 rasgos que definen la existencia impropia y falsa es lo que Heidegger define como el equívoco, el equívoco consiste en que el sujeto no sabe que es lo que comprende y que no comprende de su realidad, todo aparenta  estar perfectamente comprendido cuando en el fondo no lo está.

Este rasgo está plenamente ligado a los dos anteriores, es una vía de alienación por medio de la cual el sujeto puede construir una postura de apariencia bajo la cual todos aquellos ámbitos de su vida diaria están plenamente comprendidos aunque al menor cuestionamiento estas apariencias se derrumban monumentalmente, para poder sostener esta apariencia el sujeto elude de su vida todo aquello que tenga que ver con algo del orden de la verdad, de la episteme, del pensamiento, de la reflexión, sus círculos y espacios de convivencia son definidos a partir de esto, elude convivir con gente que reflexiona, los excluye, prefiere rodearse de autómatas como el, de personas que cree que tienen pensamiento afín, y que comprenden las cosas como el pero que en realidad reproducen ideas que escucharon por ahí.

Esto se traduce fácilmente en lo que la sociedad y diversos discursos de saber-poder han denominado como “identidades” escuchamos así frecuentemente a autómatas diciendo que se identifican mucho con tal persona, con tal conductor de televisión, con tal personaje público, con tal grupo social, si partimos que el principal rasgo de la alienación radica en que el sujeto tiene nulo conocimiento y conciencia de que lo que denomina como su ser es producto de una ideología, se evidencia como el sujeto moderno, la masa, son unos alienados, no importa que una cosa sea bonita, que la cosa no sepa que es cosa, que la cosa sea útil, que opine, al final sigue siendo una cosa.

Otro problema que se abre con este rasgo de existencia radica en dos sentidos, en el de la forma de obtención de conocimiento en nuestra sociedad y la del deseo. En el primer caso toda episteme parte de asumir un desconocimiento de cualquier cosa, todo conocimiento inicia su construcción a partir de saber que no se sabe, una postura muy Platonica-Socratica, Socrates decía, “Yo solo sé que  no se nada” cuya interpretación no está en relación a que Socrates intentara enunciar de que no sabe nada de nada, sino de fijar una postura epistemológica ante el saber, el saber está en una relación permanente para con el no saber, reconocer que no se sabe es el inicio de todo proceso de conocimiento, una vez que el sujeto niega su no saber, lo excluye de su proceso de pensamiento y evita todo aquello que pueda confrontar su postura se condena a sí mismo a una vida de ignorancia, de repetición, y de alienación.

El segundo caso tiene efectos para con la vida personal del sujeto, uno de los efectos de simular tener comprendido todo se traduce en una imposibilidad para saber que desea, ante su negación de su no saber, se condena a desear en función del orden biopolitico, condena a su cuerpo y a su ser a convertirse en un ente biopolitizado, que desea como SE debe desear,  desea lo que SE debe desear, su deseo se vuelve una repetición de una ideología, de un conjunto de discursos de saber-poder con respecto al deseo, al amor y al negarse la posibilidad de poner en duda lo que realmente sabe sobre sí mismo y sobre su realidad, el sujeto se condena a sí mismo a vagar en un terreno que cree que conocer pero que desconoce, a vagar en círculos confrontándose con los mismos problemas, las mismas angustias, a repetir el mismo tipo de relaciones, los mismos errores, a desear siempre lo mismo, construye la tiranía de la repetición, el reino de lo siempre igual.

Para finalizar queda abierta la reflexión, la pregunta de Hamlet está más vigente que nunca en nuestra realidad y nuestro contexto social, ¿SER O NO SER?  He ahí el dilema real, aunque quizá valdría hacer una pequeña acotación a la pregunta para  enfocarla y situarla en nuestros tiempos de la sociedad del espectáculo y del rendimiento, quizá la pregunta de nuestros tiempos seria ¿SER O APARENTAR SER?  Cada uno que elija y asuma las implicaciones de su elección.

Eduardo Contreras Merino.


viernes, 1 de marzo de 2019

They live. El uso de la ideología y la alienación como formas de dominación.


They live es una película de John Carpenter que nos sitúa en una sociedad dominada por las grandes corporaciones en donde la gran mayoría de las personas viven en una situación de extrema pobreza, a pesar que tienen empleos su sueldo no les alcanza para satisfacer necesidades básicas como una vivienda, por lo cual tienen que vivir en albergues, espacios donde se improvisan viviendas colectivas. Se nos cuenta la historia de George Nada y Frank Armitage, dos trabajadores que buscan sobrevivir el día a día en un albergue improvisado en un terreno abandonado. Ya desde el nombre de George Nada Carpenter nos va indicando el lugar del protagonista en esa sociedad. Es una nada, un recurso prescindible.

Todo cambia en el momento en que George descubre un lugar desde donde se realiza una transmisión ilegal, ahí encuentra unos lentes que hacen que pueda percibir la realidad de forma diferente, puede ver otro mundo literalmente se da cuenta que en todos lados hay un bombardeo sobre el consumo, la reproducción, la obediencia, pero sobre todo descubre unos seres extraños que andan por el mundo de forma muy tranquila y que nadie parece notar su presencia.

En este momento de la película Carpenter muestra las cartas. En primer lugar nos muestra los terribles estragos que ocurren cuando los grandes capitales se apropian de la dirección política de un país y comienzan un bombardeo masivo ideológico con la finalidad de la dominación de la población en función de sus propios intereses económicos.

Nos muestra como en este tipo de estructuras de sociedad siempre existen formas de resistencia a la ideología que buscan hacerse escuchar, que buscan enunciar la verdad detrás de la este discurso alienante pero que la mayoría de las personas al estar completamente alienadas les resulta imperceptibles estos discursos, los ignoran sistemáticamente, esto se ejemplifica  en la película en ciertas escenas en donde George escucha la transmisión y se le formulan varias interrogantes con respecto a aquello que está escuchando, mientras que para la mayoría de las personas esas transmisiones no son más que una interrupción molesta de sus programas de televisión favoritos, una distracción de sus formas de evasión de la realidad que viven cotidianamente y que no les genera ningún tipo de duda o reflexión.

Este mensaje de resistencia produce un George lo opuesto, una duda, cambia su postura ante su realidad, comienza a observarla mejor, a preguntarse cosas, a analizar  su entorno, llevándolo a encontrar el lugar donde se envía este mensaje, y dar cuenta que la policía ataca el lugar, deteniendo a diversas personas y ejerciendo una violencia brutal contra todos en el campamento, esto lo lleva a cuestionarse aún más sobre que hay en ese lugar, en vez de caer en la trampa ideológica que busca reducir las dinámicas sociales a buenos y malos ciudadanos ( que generalmente depende de su grado de obediencia al sistema) para George Nada esto es solo la confirmación de que algo no cuadra en su sociedad, que hay algo mal con ella, algo que no alcanza a percibir, una vez que encuentra los lentes y los usa por primera vez aquello que se le ocultaba hasta ese momento se hace visible.

Esta verdad oculta se devela, la ideología se hace visible, mensajes por doquier que programan a los sujetos para vivir, pensar, consumir, de la forma en que ciertos grupos sociales han elegido, lo lentes juegan aquí un papel metafórico en donde son ese código que permite desvelar el mensaje oculto en los discursos de saber-poder, los lentes permiten poder representar de otra forma la realidad, operan como  el conocimiento en nuestra sociedad, el conocimiento permite analizar un  discurso y poder aislar sus componentes para dejar al desnudo el elemento ideológico, vemos en la película como detrás de un anuncio de una familia en la playa hay un mensaje que dice, reprodúcete, detrás de un anuncio de un producto el de, consume, así George va pudiendo eliminar aquellos aspectos tanto semióticos como lingüísticos de la ideología para percibirla en su desnudez.

Ante esta verdad George se le platea un nuevo momento existencial, uno que atraviesa cualquier sujeto una vez que se relaciona con la verdad, se le formula una pregunta, ¿qué hago con esta verdad? ¿Ignorarla, negarla, combatirla, transformarla? Lo primero que busca es confirmarla, ubicar que no es el único que ve eso, comienza una búsqueda de personas que puedan apreciar aquello que ve, Primero lo intenta con una reportera llamada Holly, la cual coloca a George en el lugar de la locura, descalificando su discurso acerca de la realidad mostrándose una de las formas reiteradas en nuestra sociedad de garantizar la reproducción de discursos de saber-poder y que consiste en ejercer una taxonomía sobre los discursos críticos, agrupándolos en lugares de descalificación, nombrándolos como delirios, fantasías, teorías de conspiración, discursos de resentimiento, de odio, negándoles así la credibilidad, pero sobre todo la posibilidad de ser escuchados por la mayoría de la población.

Después del fracaso con Holy, George busca a Frank como un intento de corroborar aquella realidad ominosa, y como vía de encontrar un aliado en medio de aquella masa de alienados para confrontarse con otro problema con respecto a la ideología, Frank no quiere ponerse los lentes, se resiste a ver la verdad.

De esta escena de confrontación entre George y Frank una lectura que representa mi punto de vista  es la de Slavov Zizek, el ve en esta escena una muestra de ese proceso de resistencia en el sujeto para confrontarse con la verdad, una resistencia que pasa por dos momentos, el primero una intuición, eso que Freud denominaría lo ominoso, eso que el sujeto sabe que está ahí pero que no quiere saber de ello, esa verdad que el sujeto intuye que es algo desagradable, perturbador y que le causara sufrimiento y el segundo el como la verdad duele.

 La mejor forma que se me ocurre de explicar esto es el sistema de percepción-conciencia que Freud construye para explicar el sistema de representacion humano, en este sistema podemos ver como el sujeto aísla de la conciencia todas aquellas percepciones, deseos, pensamientos que son ominosos, conflictivos, este aislamiento es la represión, se reprime aquellos aspectos de la realidad que pueden ser objeto de producir sufrimiento, la represión tiene así como mecanismo fundamental el evitar la insatisfacción, el dolor en el sujeto. Frank se encuentra así en un proceso de represión constante de aquello que es ominoso de su realidad, busca eludirlo, busca evitar el dolor que le causara saber la verdad, se apega de forma compulsiva a una realidad que paradójicamente solo le causa insatisfacción, esto es lo que Freud denomino como neurosis, ese apego del sujeto a una vida que solo le causa insatisfacción pero que es preferible a asumir lo que se desea de verdad, que es preferible a hacer consciente eso que es tan ominoso.

El segundo elemento que esta escena nos muestra es como bien decía Zizek, la verdad duele, Frank sabe que esa verdad le dolerá, se resiste con todas sus fuerzas a ponerse los lentes y es literalmente obligado por George en una confrontación física a que los use. Como bien muestra la escena ese proceso de acceder a la verdad es doloroso, implica generalmente sufrir pero también muestra como el acceso a la verdad generalmente es vía otro que la nombra, otro que te forza a aceptar la verdad, a percibirla, la función de George es ser aquel sujeto que enuncia la verdad pero confronta al sujeto con ella, en este sentido George opera como el lugar del Filósofo, del Psicoanalista, de ese agente que aísla la ideología del discurso que la encubre y la devuelve al sujeto en bruto.

Viendo la escena podría ser factible llegar a la conclusión de que George actúa de igual forma que esa sociedad que busca denunciar, que ejerce una violencia y apela a dominar a Frank al igual que los discursos de saber-poder pero la postura es diametralmente opuesta, mientras que la ideología busca producir determinadas formas de subjetivación en los alienados que se traduzcan en comportamientos  benéficos para el sistema  de poder dominante, la función del Filósofo o el Psicoanalista no opera en el misma dirección. Lo que vemos en George es una demanda únicamente de que Frank perciba la verdad, si bien es una realidad que la enunciación de la verdad es en esencia un acto violento y un acto de hasta cierto punto una trasgresión al otro, la diferencia radica en que una vez percibida la verdad por el sujeto, una vez que puede ver la ideología que ha regido su vida, ni la Filosofía ni el Psicoanálisis enuncia una demanda.

No se espera del sujeto un comportamiento en específico para con la verdad, una reacción en concreto, se apela simplemente a que se autorice a ser sujeto es decir, a que elija una postura para con esa verdad. Una postura que dependerá enteramente de él o ella, en la película vemos eso, vemos como George solo apela que Frank vea la verdad, lo que el haga con eso ya estará en relación a su propia elección, se vuelve un proceso doloroso por esto mismo, porque al enunciar la verdad el sujeto se ve confrontado a abandonar este lugar cómodo que la ideología le otorga, este lugar en donde no tiene que elegir, no tiene que reflexionar pero sobre todo no tiene que responsabilizarse de su vida. Sartre decía que estamos condenados a ser libres y a esto es a lo que se refería, a que ser libre duele, hace que la vida sea un cumulo de decisiones en las cuales no podemos responsabilizar de los resultados más que a nosotros mismos, la ideología se ancla tan bien y es tan favorablemente aceptada por los sujetos porque les ofrece modos de vivir designados, rutas marcadas, criterios específicos para representar su vida pero sobre todo permite que eludan sus conflictos existenciales, y aunque el costo a pagar es la neurosis o la alienación acaban pagándolo con gusto.

Lo siguiente que la película nos muestra es ese conflicto entre Frank y George contra aquellos aliens que explotan a la humanidad, aquí es donde sería fácil perderse en el análisis, lo que en apariencia es la parte más simple de la película es realmente una parte muy importante ya que se nos muestran 3 aspectos ejes de la ideología,

1.- Que la ideología tiene un lugar de enunciación, una serie de intereses y de objetivos que persigue, sería incorrecto pensar que la ideología es un plan de una persona con la finalidad de dominar el mundo o algo así, más bien hablaríamos de clases sociales dominantes las cuales se sirven de una ideología que permita el sostenimiento de sus intereses, que permita seguir reproduciendo las estructuras sociales y permita consolidar su lugar de ejercicio de poder y cuya eficacia consiste en la invisibilizacion del lugar de enunciación ideológico. Esto lo vemos de forma clara en la figura de los aliens los cuales dependen enteramente de ser invisibles para la población para que su lugar de explotación y dominación sea asegurado y reproducido.

2.- Que la ideología necesita medios de difusión masiva que operan una codificación tanto lingüística como semiótica para encubrir el mensaje que transmiten, se producen así alianzas entre clases sociales dominantes con medios de comunicación masiva, para la difusión de los mensajes ideológicos, operando un mecanismo de ocultación y de negación de todos aquellos aspectos de la realidad que no correspondan con la ideología a transmitir. Esta difusión les permite a los medios de comunicación un lugar privilegiado dentro del sistema y les provee de múltiples ganancias económicas por lo cual a su vez buscan también sostener las relaciones de poder dominantes ya que son beneficiados por ellas. En la película esto lo vemos representado en la figura de Holly una periodista que esta aliada con aliens y cuya cadena en la cual trabaja es la encargada de transmitir la señal que altera la percepción de las personas y que invisibiliza a los aliens ya que obtiene múltiples ganancias y privilegios sociales de esta unión.

3.- Que la clave de transformación no radica en demandar al sistema mejores condiciones para la mayoría de las personas, tampoco en demandar equidad o justicia, seguridad, la clave está en alterar las relaciones de poder dominantes por medio de hacer visibles las estrategias que utilizan para ejercer su poder,  los discursos que utilizan, las medidas políticas y económicas, los intereses que persiguen y los lugares de enunciación de estos discursos de poder, el reto consiste en evidenciar esa verdad oculta tras la ideología, haciendo visible al poder mismo.

Por ultimo a modo de conclusión habría que tomar en cuenta que esta postura de hacer visible la verdad detrás de la ideología, y hacer visibles las relación de ejercicio de poder no tendrán eco en una gran cantidad de la población, la mayoría se resistiría a ver la verdad, son tan esclavos del sistema  y dependen tanto de el que estarán incluso dispuestos a luchar para defenderlo, la apuesta es simplemente hacerlo evidente para aquellos que tengan esa inquietud y confrontar a aquellos que lo único a que se dedican es a difundir las ideologías, es una labor frustrante y que ofrece pocas posibilidades de retribución, al final se reduce a una elección, estar de lado de la ideología o de la verdad. Cada uno que elija.

Eduardo Contreras Merino