miércoles, 25 de mayo de 2011

El tiempo y el lugar en la sexualidad adolescente.

En un artículo anterior hable de la importancia de darle un espacio a la sexualidad en la adolescencia, un lugar de escucha donde se puedan conocer las distintas inquietudes que tienen los adolescentes con respecto al sexo.

En este artículo hablare de la importancia del espacio y del tiempo para un desarrollo mas satisfactorio de la sexualidad en los adolescentes, pero a que me refiero con el lugar y el tiempo empezare con definir el lugar.

Normalmente se piensa que los lugares no son muy importantes para la convivencia humana, pero algo que ha descubierto la psicología y otras disciplinas es que los espacios físicos son muy determinantes para la configuración de las formas de relación a nivel social.

Desde la antigüedad se ha tenido la tendencia de colocar al ejercicio de la sexualidad enmarcado en un lugar privado, un lugar oculto de la mirada externa en donde se pueda dar rienda suelta a las pasiones y a los artes amatorias, la cultura relega a lo oculto todo acto sexual, esto se nota desde la educación que se da a los niños, haciendo que se desarrolle en ellos el pudor y vergüenza de su cuerpo desnudo, se insiste en la necesidad de usar ropa que cubra el cuerpo privilegiando el ocultar a la vista los órganos sexuales.

En la adultez se pueden encontrar formas de encontrar espacios en donde se pueda tener relaciones sexuales con privacidad, ¿pero qué pasa en el caso de los adolescentes? Al respecto surgen varios problemas con respecto a lugar donde pueden ejercer su sexualidad.

En primer lugar está el aspecto económico, los adolescentes en su gran mayoría son sujetos que dependen de otro, llámese padre, madre, hermanos mayores, y se encuentra en una franca dependencia económica de otras personas, aunado a esto el dinero que puede tener en la mayoría de las ocasiones resulta insuficiente para poder pagar algún espacio que les permita tener privacidad lo cual los obliga a tener relaciones sexuales en espacios que no son los más idóneos para esto.

Ejemplos de estos pueden ser espacios públicos como un cine, un estacionamiento, en la calle en donde se corren una serie de riesgos que van desde el ser sorprendidos por una mirada indeseable hasta tener problemas legales o el riesgo a su integridad física.

Otros espacios son los hogares de los adolescentes en donde también está el riesgo de ser sorprendidos pero en el caso de los hogares es aun más complejo este acto de ser sorprendidos porque la mirada es de algún miembro de la familia y de ser alguno de los padres puede traducirse en una serie de problemas muy graves que van acorde a las creencias morales de cada persona en particular.

Aquí es donde se enlaza el espacio con el tiempo, ya que una de las grandes ventajas que puede dar el estar en un espacio privado es el de poder tomarse su tiempo para los artes amatorios, poder no estar aprisa por el miedo de que puedan ser sorprendidos o porque no los padres van a llegar a casa a determinada hora, esto altera por completo lo que será el ejercicio futuro de la sexualidad.

Ya que el tener que tener relaciones sexuales de forma apresurada, o con miedo de ser sorprendidos hace que no se den tiempo para conocer sus cuerpos, para recorrerse por medio de caricias de reconocer cada rincón del cuerpo del otro, se empieza a omitir parte del preámbulo a una relación sexual para abocarse únicamente a lo genital.

Se privilegia únicamente la penetración sin tener tiempo de realizar otra serie de prácticas que pueden proporcionar mucho placer a la pareja, la parte más afectada en esto resulta ser la mujer ya que se le construye la idea de que el sexo es igual a la penetración, aunado a esto se ha demostrado claramente que la mujer necesita mucha mayor estimulación sexual que meramente la penetración para que pueda llegar a niveles de excitación que le permitan tener una vida sexual placentera.

Al no proporcionarles espacios físicos a los adolescentes para tener un ejercicio de su sexualidad estamos condenando a los adolescentes a tener una vida sexual insatisfactoria y a reproducirla en la adultez, estamos contribuyendo a generar adultos sexualmente insatisfechos y por ende infelices, en la medida en que podamos ver la sexualidad de una formas mucho mas normal, como algo que es intrínseco a los humanos podremos también darles espacios físicos a los adolescentes para que puedan vivir su sexualidad de forma placentera.

Eduardo Contreras Merino.

jueves, 19 de mayo de 2011

El Abecedario de Gilles Deleuze. B de Bebida 2/2

El Abecedario de Gilles Deleuze. B de Bebida 1/2

Adolescencia y sexualidad.

La adolescencia es una etapa compleja dentro de la construcción de la personalidad de cualquier persona, independientemente del genero el adolescente es una figura que trae muchos mitos pero también mucho desconocimiento y miedo.

En este escrito me centrare principalmente en lo que es la sexualidad del adolescente, hay muchos mitos y dudas al respecto muchas preguntas y aspectos que hay que analizar, en este primera parte está dedicada a la siguiente pregunta, ¿deben los adolescentes tener vida sexual? Y con vida sexual me refiero no solo a las relaciones sexuales sino a un sinnúmero de prácticas en donde se juega algo del placer sexual

Practicas como los besos, los abrazos, toqueteos, que producen un placer en los adolescentes, estos placeres normalmente son bastante tolerados en la sociedad pero hay algunas partes de esta que le s tienen terror porque piensan que esas caricias prohibidas solo desencadenaran que se genere una necesidad muy grande por parte de los adolescentes de tener relaciones sexuales, de que las relaciones sexuales sean a una edad cada vez más tempranas, una promiscuidad sexual en los adolecentes y un deterioro de los valores morales de la sociedad, ¿pero tendrán razón estos grupos y estos discursos puritanos?

En primer lugar habría que aclarar que es en la adolescencia donde comienza a construirse de forma más importante la identidad sexual y las formas de relacionarse sexualmente, el adolescente es un sujeto sexual, tiene deseos inquietudes, comienza a descubrir su cuerpo , las sensaciones placenteras que pueden proporcionar las caricias l el estar con el otro, y al hablar del otro no me refiero exclusivamente de las relaciones heterosexuales, me refiero a cualquier tipo de relaciones en donde se juegue algo del deseo, en donde se den relaciones de pareja.

Y que hace el adolescente con estos deseos que lo atraviesan de pies a cabeza, que lo desbordan, sobre todo en una sociedad en donde tiene pocas formas de expresar estas sensaciones, pocos espacios donde hablar de ellos y donde no sea juzgado por sentirlos, una sociedad en donde predominan los discursos que condenan la expresión de la sexualidad, que apelan a una desexualizacion de las personas , desde el discurso religioso cristiano que busca una renuncia a los placeres de la carne hasta ciertas corrientes del pensamiento medico que ubican como patologías ciertas formas de expresar el deseo.

Enmarcado en este contexto el adolescente se encuentra reprimido constantemente, y con poca información sobre los nuevos deseos que se producen en el así que comienza su aprendizaje vía el acto, algo que va totalmente en contra de nuestra forma común de aprendizaje, cuando se va a la escuela al niño se le explica algún concepto o procedimiento y después se le pide que lo haga por su cuenta, en el ejercicio sexual es distinto, nadie le explica que hacer, o si lo hacen lo hacen de una forma muy técnica algo sobre lo que reflexionare mas en otro artículo.

Esto hace que el adolescente se aventure a practicar en la mayoría de los casos a ciegas guiándose solo por sensaciones, solo por deseo sin reflexionar mucho sobre lo que está haciendo, pero ¿de quién es responsabilidad esto? Del adolescente o de la sociedad que no construye espacios en donde se pueda hablar libre y sin prejuicios de los diversos temas sexuales.

Una de las razones que se dan más para evitar hablar de temas sexuales con los adolescentes es que eso los incitaría a las relaciones sexuales y a la promiscuidad, pero aquí cabe una pregunta, ¿no aun cuando no hay información los adolescentes tienen relaciones sexuales? ¿No es preferible que tengan relaciones sexuales responsables y con mucho mayor conocimiento que les permita abordar su sexualidad de distinta forma?

Aunado a esto hay que reflexionar el hecho de la que la palabra frena el acto, en cuando algo se habla no se pasa al acto si no se da un proceso se simbolización y reflexión de lo hablado, por lo cual el permitir que los adolescentes hablen del tema produciría todo lo contrario de lo que se piensa, permitiría que los adolescentes reflexionaran sobre eso en vez de lanzarse como hasta ahora metiéndose en la boca del lobo sin ninguna antorcha que pueda alumbrarlos.

Eduardo Contreras Merino.