martes, 6 de septiembre de 2011

La sexología y los mecanismos de poder.

Escuchar discursos sobre sexo es ahora cosa de todos los días, a cada instante estamos bombardeados con platicas en torno al sexo, sobre como tener orgasmos más intensos y en menos tiempo (muy al estilo capitalista de mayor productividad en menos tiempo), sobre cómo debemos de comportarnos en la cama, sobre que ropa usar para incitar al deseo de la pareja y demás aspectos que se encuentran muy difundidos en nuestra sociedad.

Estos discursos están presentes en medios de comunicación masiva como la televisión, el radio, existen programas destinados únicamente a ser espacios de consejería sexual donde se oriente a las personas que se comunican al programa con respecto a sus dudas sexuales, asumiendo estos consejeros que comúnmente son sexólogos el rol del saber, es decir asumen la postura de que saben todo con respecto al sexo, pueden desmenuzarlo hasta en sus partes más pequeñas, tienen conocimientos médicos con respecto al funcionamiento sexual del organismo, que factores lo afectan y cuáles son los riesgos que ciertas prácticas sexuales tienen para el organismo.

Pero al respecto hay ciertas preguntas que son importantes para comprender el tremendo ejercicio de poder del que son víctimas los sujetos por medio de la sexología, una de estas preguntas es ¿Qué autoriza a la sexología asumirse como una disciplina que sabe todo acerca del sexo? ¿Siempre ha estado este interés por nombrar y designar todo aquello del orden de lo sexual? y ¿Qué sentido tiene el uso del poder de la sexología para con los sujetos?

Para comenzar esto habría que remontarnos a finales del siglo 19 en la época victoriana, ahí comienzan a producirse un sin número de preguntas con respecto a la sexualidad, a las formas de la reproducción, a que prácticas sexuales son sanas cuales insanas, como están integrados los órganos sexuales masculinos y femeninos, qué papel juegan en torno a la reproducción, que aporta cada sexo para la fecundación así como todo lo relacionado con la gestación y el embarazo.

Esto en función de un miedo generalizado de la burguesía que buscaba formas cada vez más acertadas de garantizar una descendencia sana, en cuanto la burguesía se instaura como la clase social dominante se empieza a problematizar la cuestión de la descendencia, de cómo tener hijos sanos, como evitar locos, idiotas, depravados y demás formas de degeneración de la especie, todo esto con miras a conservar el poder.

Con esto se inicia lo que Michel Foucault llama la “Scientia sexualis”, una ciencia del sexo que buscara explicitar todos aquellos misterios que el sexo produce, una ciencia que analizara el sexo en sus detalles más ínfimos.

Se delimitaran de forma más precisa los espacios donde la sexualidad es adecuada, y se tomaran dos objetos hacia los cuales van dirigidos la mayoría de este tipo de discursos en tanto a lo sexual, estos dos objetos serán por un lado la mujer , por otro lado los niños.

En el caso de los niños el discurso estará en función de la prevención, se problematizara la situación del niño e l cual tiene un gran futuro por delante como para perderlo en canalizar todas sus energías en el sexo, ¿cómo evitar eso? Es la pregunta que se hacen los primeros pedagogos, proliferan los discursos sobre las formas de prevenir la sexualidad en los niños, en cómo evitar la masturbación, como evitar que tengan pensamientos sexuales, como garantizar que no tengan desviaciones.

Se comienzan a instaurar procesos de vigilancia hacia los niños se desarrolla la ortopedia que es una disciplina que busca corregir la postura del cuerpo, que los niños se paren derechos, que no se encorven, buscan instaurar posturas correctas al dormir de tal forma que los niños no puedan masturbarse, que no puedan tener contacto con su cuerpo, que empiecen a generar todo un ritual de lo corporal, un deber ser con respecto a su cuerpo.

En el caso de las mujeres se encauzaran los estudios en buscar comprender el aparato reproductor femenino se buscara conocer todo acerca de la concepción con la finalidad de desarrollar una serie de técnicas de biopoder que buscan controlar el índice de natalidad en función de una serie de intereses económicos y políticos.

Aunado a esto se instauran discursos de tipo moral como científicos que buscan negar el deseo sexual en la mujer, una mujer no desea el sexo solo está para ser madre, se exalta la figura de la madre abnegada que es asexual, el placer sexual en ella esta cancelado y orientado únicamente a la reproducción.

Es el tiempo de las histéricas que muestran con sus síntomas corporales las consecuencias de su goce cancelado, un cuerpo que manifiesta todo su deseo a partir de un cuerpo doliente, un cuerpo desprovisto de palabras para nombrar su deseo, el psicoanálisis será un discurso que intentara darle espacio a esta sexualidad, permitirle vías de expresión, darle una voz a ese cuerpo deseante, codificar los símbolos atrapados en el cuerpo para producir un discurso sobre el deseo de la histérica.

El psicoanálisis permite a la histérica asumir una relación distinta con su cuerpo, le permite dejar de reprimir el deseo para poder nombrarlo, evidencia todo un aparato de represión social que colocaba a la mujer meramente como un objeto de reproducción, para darle un lugar como sujeto, un lugar de sujeto deseante.

Será hasta 1960 cuando por medio de la pastilla anticonceptiva se genera una nueva forma de asumir el deseo sexual en la mujer, esta forma de anticoncepción le permite a la mujer poder elegir el momento en el cual quiere ser madre, le incorpora una nueva forma de vivir su deseo sexual, de experimentarlo sin tener que ser madre, puede disociar el sexo de la reproducción lo cual permite una mayor libertad de expresión del deseo.

Es en estos momentos cuando la sexología comienza a instaurarse como una disciplina cada vez más fuerte, comienza a producir una serie de discursos que en apariencia buscan darle una mucha mayor libertad sexual pero que en el fondo encubren varias tácticas de poder.

Y ¿cuáles son esas tácticas? ¿Cómo es que un discurso que toma por objeto el orgasmo puede encubrir formas de jercicio de poder? Es precisamente en su objeto de estudio donde la sexología estructura sus tácticas de ejercicio de poder.

En primer lugar potencializa el dispositivo de la sexualidad, el sexo ya no será más una cuestión de intersubjetividades, de emociones, de sentimientos, el sexo será ahora una técnica, la sexualidad puede ser desmenuzada, analizada y guiada con miras a una satisfacción más adecuada.

Se segmentara de manera importante el sexo, se delimitaran toda una serie de prácticas, estarán las practicas heterosexuales, las homosexuales, las parafilias y demás formas en que la sexualidad busca la segmentación del sujeto, se busca generar una homogenización de las prácticas sexuales, una estandarización, se construyen limites que circunscriben y diferencian unas formas de sexuacion de otras, si se realiza una cierta practica se cae en la heterosexualidad, con otras se es homosexual o parafilico, perverso.

Esto con el fin de ejercer poder sobre el sujeto, atravesarlo en su subjetividad, marcarle un límite con respecto a su goce, si es heterosexual solo pude realizar una serie de prácticas aceptadas, si sale de ahí cae en otra categoría, de tal forma que pierde toda posibilidad de elección, pierde la libertad de hacer con su sexo y con su goce.

Por otro lado la sexología reduce la sexualidad a una cuestión de técnica, lo importante no es el tipo de relación subjetiva que se tenga con el otro, de hecho eso es lo de menos ya que si se sigue la metodología recomendada por la sexología se puede aspirar al supremo bien, el orgasmo.

Y aquí se llega a un punto muy importante, mientras que la discusión y el debate sobre cuál sería el supremo bien en el sujeto ha sido una de las discusiones más complejas dentro del ámbito de la filosofía y la ética, la sexología lo ha reducido al orgasmo.

Mientras que durante mucho tiempo se desarrollaron todo un conjunto de técnicas de cuidado de si con la finalidad de conocerse a sí mismo, de tener un dominio sobre si, un saber de si, la sexología rompe con esto y coloca el soberano bien en el orgasmo, apelando a que lo más valioso y deseado para un sujeto debe ser el tener una vida sexual satisfactoria, una vida sexual orgásmica, lo cual le dará un sentido a su vida.

Esto genera una obsesión por el orgasmo, solo importa el orgasmo, por lo cual el conjunto de prácticas que están fuera de aquello que provocan el orgasmo quedan por completo devaluadas, son borradas del discurso, solo importan aquellas que pueden encaminar al sujeto a tener una descarga impactante, espectacular.

Y hablo de espectacular porque aquí la sexología se ancla perfectamente con la ideología capitalista, se apela a economizar los tiempos, se busca tener la mayor cantidad de placer en el menor tiempo posible, pero esto solo encubre y legitima la forma de vida capitalista, en vez de funcionar como una forma de critica a esta, la sexología con este discurso obnubila al sujeto arrebatándole la posibilidad de criticar al sistema, de analizar el porqué tiene que dedicar solo un poco tiempo a su sexo, porque la mayoría de su energía debe estar canalizada en el trabajo, la sexología ofrece una alternativa que solo legitima esta lógica.

Se rompe con las formas de organización victorianas pero solo para controlar al sujeto desde otro lugar, se apela a la satisfacción del sexo pero esto debe ser con tiempos específicos, no puede ser demasiado ya que esto se convertiría en una enfermedad, en una patología, el sujeto no puede desperdiciar su vida solo en lo sexual, más bien debe educarse para tener una vida sexual lo mas practica y productiva posible, no importa si ve a su amante más que un par de horas al día, si le procura orgasmos cada vez que se pueda esto generara una vida afectiva sana y un bienestar en su vida.

Aunado a esto la sexología a desplazado todo lo sexual a lo corporal, el sexo es un conjunto de reacciones corporales, de procesos bioquímicos que se dan en el organismo, la atracción está delimitada por lo bilógico, no por lo subjetivo, el orgasmo es consecuencia de la estimulación y de la armonización de una serie de procesos biológicos que pueden ser controlados y están al alcance de todos.

Al reducirlo a lo biológico se consolida desde el positivismo, por eso el orgasmo puede ser observado, medido, registrado puede analizarse, generarse estadísticas con respecto a él, estadísticas que permitirán inferir de forma sistemática cuales son las mejores formas de obtenerlo, que practicas dan mejor resultado, cuales deben dejarse de lado porque solo quitan tiempo y cuales hay que reforzar para tener una vida sexual sana y adecuada.

La sexología construye objetos de estudio, se apropia del sexo y del sujeto para quitarle la posibilidad de autonomía, se busca generar sujetos homogeneizados, alienados en su sexo, alienados a un saber que los describe y los designa, un saber que desmitifica pero que a la vez le quita la posibilidad que tiene el sexo de ser un acto creador y no me refiero con esto a que da lugar a la reproducción , me refiero a que el sexo es una de las formas de creación más grandes que tiene el sujeto, el sexo es de los lugares de mas libertad, donde puede darse lugar a la invención a la creación de nuevos placeres de nuevas formas de relación que permitan vivir el sexo de otras formas, es por esto que se busca controlar, ya que si el sujeto se vuelve creador, si se vuelve autónomo el sistema se colapsara, la sexología solo es una de las formas en que la sexualidad busca ser controlada para que se siga el orden existente, un orden que favorece solo a algunos y relega a la mayoría.

Eduardo Contreras Merino.

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