Nos encontramos en una época histórica en donde la línea que
separa lo público de lo privado es cada vez más difícil de definir, con el surgimiento de las redes sociales la vida pública empezó a ganar terreno sobre
la vida privada.
Actualmente se sabe mucho sobre una persona tan solo
revisando su perfil de facebook o su
twitter, se sabe sus preferencias, los
lugares que ha visitado, su forma de ver
la vida, sus relaciones personales, todo esto se ha vuelto de dominio público.
Lo interesante a analizar de esto es preguntarse ¿Por qué alguien elige sin necesidad de ser
obligado a volver su vida algo de dominio público? ¿Qué factores históricos y
subjetivos han generado este cambio en las dinámicas de relación humanas?
A lo largo de este pequeño ejercicio de reflexión analizare
algunos factores que considero esenciales para comprender el porqué del éxito
de estas redes sociales y la dependencia que generan entre los usuarios.
A)
La
necesidad de reconocimiento. Jaques
Lacan decía que toda demanda es demanda de amor, las redes sociales explotan esta necesidad de
amor en el sujeto de forma evidente,
pensemos en la forma en la cual está estructurado facebook, la
plataforma da la posibilidad de compartir con tus “amigos” una serie de
publicaciones que reflejan (o al menos eso piensan quien las publica) la
personalidad de cada uno de los usuarios.
Estas publicaciones tienen como
característica principal el hecho de que pueden ser juzgadas por los demás
usuarios, para ello opera un botón de me gusta,
este botón permite que la red
social construya nuevas formas de aceptación o exclusión entre los usuarios. Quien
acumula muchos me gusta se considera alguien más popular, genera en el sujeto una sensación de
reconocimiento, de aceptación. Esto a su
vez produce más solicitudes de amistad, tener mayor cantidad de “amigos” y
aumenta la sensación de ser amado, el problema fundamental es la artificialidad
de este proceso, personas pueden tener
1000 contactos pero de los cuales solo tienen una relación de
convivencia con 3 o 4, volviéndolo no
tanto una forma de establecer relaciones con los integrantes de la red, sino
más bien un concurso de popularidad, lo
cual se enlaza con el siguiente punto a desarrollar.
B)
Los
procesos de alienación que producen las redes. En el punto anterior había
indicado como se transforma el uso de estas redes en función de la popularidad
y la aceptación, esto nos lleva a la siguiente pregunta, ¿Qué es lo popular? Y
aquí es donde entra la trampa, la red construye formas de alienación del usuario, establece los criterios sobre lo que
es aceptable o inaceptable, lo que es popular y lo que no, esto en base a los
intereses de los discursos de poder saber, intereses económicos y políticos. La
red premia a aquellos que publican lo socialmente aceptado, los discursos
dominantes y castiga a aquellos que publican lo socialmente incomodo, o
discursos alternos a los dominantes. Esto va produciendo una alienación en el
sujeto, le crea una falsa conciencia sobre sí mismo y sobre su realidad, poco a
poco va borrándose su personalidad, su ser, para convertirse en un producto en
masa que comparte lo que demás comparten, se anula la diferencia y se masifican
los procesos de subjetivación. La red se vuelve un mecanismo de control sobre
la subjetividad, pero bajo la ilusión de que es lo opuesto.
C)
La
apología al consumismo. En el punto anterior
explique la forma en que la popularidad esta en relación a intereses externos
al sujeto, uno de ellos y quizá el más importante es el de reproducir la ideología
consumista, analizando los patrones de éxito
o fracaso de ciertas publicaciones se nota de forma muy clara una tendencia a
reforzar las publicaciones que tienen que ver con el consumismo, se publican
los objetos que se compran, lugares que
se visitan, hay una tendencia a generar una competencia salvaje para ver quien
posee más cosas, quien va a los mejores lugares, quien viaja mas. Se dejan de
lado las expresiones autenticas del ser, para mostrarnos entes alienados a sus posesiones, esto a su vez produce formas de exclusión y
elitismo que se reproducen en la vida cotidiana del sujeto.
D)
La despersonalización
de las experiencias. En estas redes
nos encontramos frecuentemente fotos y vídeos compartidos que muestran experiencias
vividas por los sujetos, pero aquí cabria
preguntarse algo muy relevante, ¿viven esas experiencias por deseo, o por el
acto de compartirlo en las redes y buscar reconocimiento? Es cada vez más común
esta despersonalización de las experiencias, el sujeto actúa como si la vivencia no
existiera si no es publicada, o pierde su valor si no es una publicación exitosa.
Se genera un vacío en la intensidad del acto de vivir lo real, para darle paso
a una experiencia virtual, este acto de
compartir lleva a que el sujeto se enajene de la vivencia en la que está
inmerso para estar más al pendiente de la vivencia virtual, de los me gusta que
tuvo su foto, los comentarios que le han puesto, deja de vivir el momento y el
goce esta en ese momento posterior a la publicación, esto produce que nos encontremos
ante legiones de sujetos que viven para las redes, su deseo se vuelve un deseo
del otro, una necesidad de validación de su deseo y de sus vivencias, alienándolo
irremediablemente.
E)
La pérdida
del lenguaje. Las redes como twiteer
ponen un máximo de caracteres que se pueden escribir en una publicación, apelando a una comunicación cada vez menos
capaz de establecer metáforas privilegiando la literalidad del mensaje. Al ser
sujetos simbólicos el reducir la posibilidad de la metáfora afecta directamente
a la capacidad de abstracción y percepción de la realidad, se percibe desde lo
literal, incapacitando al sujeto de captar los deslizamientos de sentido
presentes en el lenguaje, volviéndolo una presa fácil de la manipulación ideológica.
El segundo efecto significativo que se produce es la trivialización de las
discusiones sobre diversos temas, al no poder hacer uso de un lenguaje más
extenso se apela a la doxa, es decir a la opinión, dejando de la lado la episteme,
el conocimiento. Los usuarios de las redes intentan en dos renglones definir
temas sobre los cuales se han escrito libros enteros, se genera una idea de
falso conocimiento y ante el pretexto de la tolerancia se produce el efecto de
que personas que no tienen conocimientos sobre algún tema demanden que sus
opiniones tengan la misma validez que las de alguien que lleva estudiando años
ese mismo tema, se vuelve un espectáculo
en donde lo menos relevante es la verdad, sino quien recibe más me gusta en sus
comentarios.
F)
El
aislamiento del sujeto. Las redes generan una falsa idea de cercanía entre
sus usuarios, al estar conectados y charlar vía el chat del facebook por
ejemplo, se da una falsa idea de presencia,
de profundidad en las relaciones, pero paradójicamente produce el efecto
opuesto, un aislamiento del sujeto, ya no necesita ver al otro con el cual
tiene contacto, se sabe todo de él viendo su perfil, toda la información se
tiene abriendo una ventana de algún dispositivo, produciendo un alejamiento del
sujeto y los otros, se articulan incluso formas de erotismo virtual, de
coqueteos, una erótica de lo imaginario que genera relaciones que están más del
lado de la fantasía, y que generan satisfacciones
parciales, se niega la realidad de que al final el sujeto esta solo frente a
una pantalla.
Para finalizar diré que aunque estos peligros son muy
reales, el uso de las redes sociales siguen dependiendo enteramente del sujeto,
cada uno puede ejercer un proceso de reflexión que lo lleve a librarse de esa
falsa conciencia y esa alienación, puede utilizar las redes de un modo que
permitan generarse otras posibilidades de comunicación y de relaciones
sociales, la decisión está en cada uno.
Eduardo Contreras Merino.
4 comentarios:
Excelente artículo. Da Ud.en el clavo. Hemos desarrollado una especie de dulce y peligrosa adicción. Muchos sabemos lo que afirma, pero aún así, insistimos en su uso, pensando que con su “a veces" útil cualidad se pueden generar voces, movimientos de cambio. Las masas con todo el poder de opinión como nunca antes de había visto. Toda el mundo a un clic. Algunas veces, pienso en José Ortega y Gasset, y me pregunto ¿que habría escrito si hubiese vivido este momento de la historia. Saludos desde Costa Rica.
Me gustó el artículo, pienso igual que Eduardo Contreras en muchas cosas, y creo que las redes sociales tienen aspectos negativos y positivos, me gusta verlas como "herramientas" y que pueden ser usadas bien o mal.
Así como Eduardo Contreras pienso que "la decisión está en cada uno."
Muchas gracias por sus comentarios.
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