martes, 22 de agosto de 2017

Los niños amos.

Hace poco acudió a terapia una pareja para solicitar atención para su hija de 3 años, al desarrollarse el caso me hizo reflexionar mucho sobre un fenómeno que está ocurriendo de forma cada vez más frecuente y que denominare los niños amos.

Ahora bien, ¿A que me refiero con niños amos?  Son niños que seguro muchos de ustedes han visto en plazas, en cines, en restaurantes, son niños extremadamente narcisistas, que todo el tiempo están pidiendo cosas, niños que tienen nulo respeto por los demás sean niños o adultos, que tienen nula tolerancia a la frustración, en cuanto se ven frustrados por algo reaccionan con violencia, agresión, hacen berrinches por todo y exigen una satisfacción inmediata de sus deseos, no tienen ningún tipo de límites pueden golpear a quien este cerca, agredirlo verbalmente, hacer un escándalo en el lugar que sea, todo con la finalidad de obtener lo que desean.

A lo largo de este texto tratare de mostrar como la producción de estos niños amos es una consecuencia directa de factores culturales que están presentes en nuestra sociedad y que han producido una particular forma de ser padres que genera este tipo de niños.

En primer lugar hablemos de la transformación de las formas de subjetivación en referencia a la maternidad y paternidad en nuestra sociedad, el ser padres ha evolucionado en su representación a lo largo de la historia ha pasado de ser una obligación moral, biológica, social, a ser una “elección”, esto debido a varios factores, la sobre población que ha llevado a los aparatos gubernamentales a desarrollar proyectos de planeación familiar que estén enfocados a bajar las tasas de natalidad, sobre todo en países donde la taza poblacional se ha disparado y en donde existe pobreza extrema.

Con la producción de los métodos de anticoncepción principalmente en los años sesenta con la píldora anticonceptiva se construyo un nuevo paradigma en torno al ser mujer, se comenzó poco a poco a dejar de lado esta forma de colocar a la mujer como madre, de pensar lo femenino atado a la maternidad, se produjeron nuevos sentidos y nuevas vías de pensar la feminidad, dejando el papel de la maternidad en segundo plano, la mujer se inserta cada vez más en el mercado laboral, forma parte de las dinámicas sociales, políticas, educativas, de tal forma que la idea de ser madres empieza a ser postergada, pensada en un momento diferente, se empiezan a embarazar en periodos más tardíos de edad.

Otro factor asociado a la transformación de la percepción de ser padres está en la crisis de la institución matrimonial, el matrimonio ha pasado de ser lo que se consideraba el destino final y el sentido de la vida del sujeto, a ser pensado como una institución obsoleta, caduca, que no ejerce demasiada atracción al sujeto moderno, se han preferido formas de articular compromisos de pareja alternos al matrimonio y ya que la finalidad del matrimonio era la de reproducirse y articular una familia, estas formas alternas apelan mas a una vida en pareja, a generar experiencias conjuntas, acompañarse mutuamente en el transitar de la existencia, la idea de familia comienza a representarse a partir de una pareja, sin hijos.

Por otro lado la ideología capitalista ha jugado un papel clave en esta transformación, esta ideología produce en esencia sujetos narcisistas, incapaces de ver más allá de sí mismos, que buscan eludir al máximo cualquier cosa que implique responsabilidad, la maternidad y paternidad es por ende vista como algo poco deseado, algo que coartara su libertad, su estilo de vida, es muy frecuente encontrar parejas que no quieren tener hijos.

Ahora bien que pasa con las parejas que si deciden tener hijos, casarse o vivir en pareja pero siguen reproduciendo este sentido de la familia, ¿de qué forma ejercen este ser padres? Aquí se plantea un problema importante en nuestra sociedad, porque por un lado están completamente atravesados por estas formas ideológicas capitalistas, de esta ruptura con los antiguos paradigmas de la familia,  pero por otro lado también se encuentran atravesados por estos paradigmas clásicos, nos encontramos entonces con los nuevos tipos de padres, los padres postmodernos.

Los padres postmodernos presentan varias características que llevan a producir niños amos, iniciemos con la más evidente, el consumismo. Estos padres al estar completamente alienados a la ideología consumista transmiten esto a sus hijos, generan formas de demostrar afecto a partir de lo material, saturan a los niños de juguetes, aparatos electrónicos, encontramos niños que desde los 3 años tienen su tableta, todas las consolas de videojuegos, su computadora personal, el niño crece con un saturamiento de cosas, se le enseña a desear cosas constantemente, a que nunca está en falta, a nunca estar en privación, en frustración, esto genera en el niño un narcisismo exacerbado, una incapacidad de lidiar con la frustración en su consumismo, mientras más cosas posee más pleno se siente, iniciando el circulo de repetición de la ideología consumista.

Por otro lado esta ruptura ideológica con la idea de familia clásica conlleva nuevas formas de los sujetos de posicionarse ante el ejercicio de ser padres, los lleva a querer ejercer la maternidad y paternidad desde otro lugar, no desde ese lugar totalitario que colocaba a los padres como figuras de autoridad incuestionables, buscan colocarse en un lugar de comprensión del niño, de escucharlo, de darle un lugar a sus deseos. Esto en esencia se lee muy adecuado, muy positivo, pero la ejecución dista mucho que desear, lo que se produce realmente son adultos que se rehúsan por completo a ejercer una construcción de límites en el niño, se niegan a ejercer autoridad, a  regañar al niño, a ponerle limites, en esencia a educarlo.

Esto debido también a una forma de percepción moderna de que determinados modelos de educación clásicos solo producían sujetos reprimidos, que generaban conflictos psíquicos y emocionales con sus padres, adultos con diversos conflictos con sus figuras paternas, al presentar estas problemáticas asocian el lugar de padres clásico a algo negativo, les genera terror que sus hijos los odien, a traumarlos, afectarlos psicológicamente, esto los lleva a paralizarse, a no ejercer ningún tipo de autoridad, se colocan con el niño como un semejante, buscan ser su amigo, relacionarse afectivamente con el haciendo todo lo que consideren necesario porque el niño les demuestre su afecto. Esto produce un efecto devastador en la construcción de los niños, crecen sin referentes de autoridad, haciendo lo que quieren cuando quieren, con nulos limites, niños que no están acostumbrados al no, a las prohibiciones, esta ausencia de límites en su hogar lo reproducen en todos los espacios en que se desempeñan, sea la escuela, las casas de otras personas, el cine, la calle, llevando a los padres a estados de angustia que los paralizan.

Un aspecto también importante tiene que ver con la constante tendencia de los padres modernos de eludir su responsabilidad, un reflejo del sujeto moderno, un sujeto atrapado en sus imágenes, en su alienación, incapaz de tomar postura ante nada, atrapado en la virtualidad de sus redes sociales, esto lo lleva de entrada a tener hijos pero sin intención de hacerse cargo de ellos, mucho de esta saturación de cosas de los niños, tiene como finalidad el no hacerse cargo de ellos, no pasar tiempo con ellos, no jugar con ellos, se busca que los niños estén entretenidos, ocupados, para que no demanden atención, paradójicamente renuncia a ejercer una autoridad con ellos bajo el discursos de generar un vinculo mas de corte afectivo, pero la realidad es que son adultos completamente alejados de ellos, que no conocen a sus hijos, que se niegan a ver la realidad de sus comportamientos, se vuelven los esclavos de sus hijos, aquellos que solo están para cumplirles sus caprichos, para mantenerlos contentos, permeado mucho por esta idea de felicidad postmoderna capitalista en donde quien más tiene más feliz es, son adultos que se encuentran a su vez en una dinámica de poca tolerancia a la frustración, quieren todo de forma inmediata, se encuentran más preocupados por su vida, por su realización personal que se traduce en mejor empleo, mas ingresos, mejor auto, acudir a los mejores lugares pero deja de lado el aspecto humano, son autómatas que solo hacen aquello para lo cual fueron programados, generan niños a su imagen y semejanza, niños autómatas desde niños, incapaces de generar vínculos reales con otros niños, incapaces de convivir, que no introyectan una idea de la otredad, viven en sí mismos.

Estos niños amo son un fenómeno cultural de nuestro tiempo, reflejan la decadencia cultural, la falta de límites que están presentes en nuestra sociedad, el narcisismo exacerbado en el que viven una gran cantidad de personas, los niños amos deberían ser un motivo de vergüenza en nuestra sociedad.

La transformación de los niños amos es un proceso largo y doloroso para ellos, solo se puede lograr en la medida de que los padres adquieran conciencia de su función, que ubiquen que no son amigos de sus hijos, que su función no es tenerlos contentos es educarlos, que quieran o no tienen un lugar de autoridad que es importante ejercer, la autoridad no es sinónimo de autoritarismo, se pueden insertar limites en los niños sin ser autoritarios, se pueden articular formas que conlleven una transmisión de afecto, amor pero a su vez lograr poner límites, es importante que asuman que hagan lo que hagan generaran conflictos psíquicos en los niños porque no hay una forma adecuada de ser padres, no hay un manual pero es importante combatir esta postura de apatía, de no hacerse cargo de la educación, en la medida que los padres comiencen a comportarse mas como padres y menos como los esclavos de sus hijos este fenómeno puede ir siendo erradicado, en la medida de que los padres sigan dejando que sean los juguetes, los programas de tv, el you tube, las aplicaciones los que eduquen a sus hijos, se expandirá esto y veremos niños amos por doquier y adultos aun mas autómatas, incapaces de empatía con los demás, crueles, la decisión está en cada uno, la educación y la frustración genera dolor, pero el dolor es parte de la vida es ineludible.


Eduardo Contreras Merino. Psicoanalista.
Contacto al teléfono 5523275307.

https://www.facebook.com/Eduardo.Psicoanalista/

No hay comentarios: