El
sujeto biopolitizado moderno se encuentra atrapado en un permanente nudo dentro
de sus costumbres y rituales cotidianos, obsesionado con su rendimiento, con la
productividad, con el consumo, con la
apariencia, vive constantemente atravesado por lo que Heidegger denomina el “SE”
(das man) el sujeto está condicionado a trabajar, vivir, a tener ciertas formas
de percepción de su realidad, a amar, a desear,
porque así SE trabaja, así SE vive, así
SE piensa, así SE ama, así SE desea.
Vive
permanentemente delimitado por este “SE”, en el no hay una posibilidad de elección,
este SE, aplasta su posibilidad de emergencia como sujeto, lo coloca como una
cosa, un objeto que solo reproduce las ideologías dominantes de su tiempo, condenándose
así a una existencia basada en la reproducción, se condena a nunca ser.
Como
un intento de escapar de estas formas de existencia definidas a priori, el
sujeto construye lo que para Heidegger serían las formas de existencia
impropias, existencias inauténticas y banales. Operan como forma de resistencia
al SE, como intentos de construir una nueva narrativa por medio de la cual el
sujeto altera su realidad, la define como algo que no es, es decir construye
una alteridad con respecto a lo que se es pero desde una mera apariencia, desde
una mera simulación, en realidad el sujeto sigue atrapado en la tiranía del SE,
no escapa de ella, solo altera las formas de representación construyendo así
una existencia absurda, banal, pero sobre todo falsa.
Para
Heidegger hay 3 tipos de rasgos que definen esta existencia impropia y banal en
los sujetos, son 3 características que están más que presentes en nuestra
sociedad moderna, una sociedad de la simulación permanente, estos 3 rasgos son,
la falsa curiosidad, la palabrería y el equívoco.
1.-
La falsa curiosidad. Este rasgo se observa en la forma en que el sujeto está en
una búsqueda permanente de novedades, esta con una ansia constante de nuevas noticias,
de más información, de conocer más cosas, pero lo que distingue la falsa
curiosidad de la curiosidad real, de una duda rea a una falsa, radica en que en
la falsa curiosidad el sujeto pasa de una información a otra sin detenerse jamás
a analizar aquello que percibe, no genera ningún tipo de profundización de
aquello que dice tener interés, saciando su curiosidad con elementos
superficiales y abandonando rápidamente el interés en pos de buscar algo más.
Esta
falsa curiosidad la encontramos muy presente en nuestra sociedad en diversos ámbitos,
en el espacio de la información en la cual el sujeto se pierde ante un mar de
datos los cuales consulta pero no reflexiona nunca entorno a ellos, los percibe
y pasa inmediatamente a algo más, la situación se complejiza en la era de la
biopolitizacion y del rendimiento, el sujeto a tener poco tiempo para su ser,
generalmente tiene que priorizar entre el tiempo que le dedica al SE y a su
verdadero ser, quedando generalmente relegado el primero, vemos así sujetos quejándose
permanentemente de ausencia de tiempo para poder aprender algo, conocer a
alguien, y que se manifiesta de forma importante en su relación con las demás personas,
su interés falso lo lleva a contentarse con saber de ellas por medio de redes
sociales, de sus fotos, de sus vídeos, de sus posts y reproduciéndose este
mecanismo de falta de profundización relegando al otro a un mero pasatiempo, pasando
de una foto a otra sin ningún tipo de emoción o sentimiento, y extinguiendo el interés
con el paso de una imagen a otra, esto debido a que su verdadera propiedad es
el SE, hacer lo que se debe y regir su existencia en función de eso.
2.-
La palabrería. El sujeto moderno es un ente todólogo, parlotea y opina de todo,
no hay espacio de saber, no hay tema en el cual no se sienta autorizado a
enunciar una opinión, o al menos lo que él cree que es su opinión, habla y
discute de cosas que no entiende, no asume las implicaciones de aquello que
dice, para el sujeto moderno las palabras han perdido su capacidad de enunciar
verdades, las palabras se han vuelto en una herramienta por medio de la cual se
puede aparentar, la función de la palabra como forma de expresar sentimientos,
emociones, pensamientos para ellos queda forcluida, lo relevante pasara a ser
aparentar que se sabe.
Con
este rasgo de la existencia impropia y banal el sujeto busca hacer parecer que
sus pensamientos sus acciones, son propias, que son producto de procesos de reflexión,
de análisis, de pensamientos, es otra estrategia vacía por medio de la cual
busca eludir el SE, pero condenada al fracaso, ya que en cada acto de enunciación
en el cual el sujeto cree que se enuncia a si mismo lo que en realidad está
enunciando es lo que Se dice de tal tema, lo que SE oye de tal tema, reproduce así
los esquemas ideológicos dominantes de su época, se opina liberalmente de un
tema si la opinión colectiva dictamina y ve con buenos ojos ser liberal, se es
conservador si la opinión publica lo dictamina, el sujeto va pasando así de una
postura a otra con respecto incluso a los mismos temas, posturas que pueden ser
incluso contradictorias y debido a la nula conciencia que se tiene del no saber
con respecto a ciertos temas el sujeto no percibe jamás tal contradicción ideológica.
Este
rasgo de la existencia falsa lleva a construir una carencia de sentido en acceder a un conocimiento real sobre algo, el
sujeto no le ve sentido a la posibilidad de construir una episteme, un saber
sobre algo, las redes sociales son el ejemplo más concreto de esto, cuando Umberto
Eco enunciaba que las redes sociales le han dado voz a una oleada de idiotas se
refería a esto, algo que también aborda Ortega y Gasset en la tiranía de las masas, se
construye la tiranía de la opinión, vemos así masas y masas de sujetos para los
cuales la episteme ha dejado de ser relevante, el profundizar, el analizar, el
reflexionar sobre algo ya no es relevante, en las redes aparecen figuras de sujetos
que con una mano en la cintura critican a personas que llevan años estudiando
de un tema y con los cuales hay una imposibilidad
de discusión ya que no se construye una dinámica de sujeto- sujeto, sino de
sujeto- cosa. Sujeto a cosa enunciadora de una ideología dominante, de sujeto-autómata.
3.-
El equívoco. El último de estos 3 rasgos que definen la existencia impropia y
falsa es lo que Heidegger define como el equívoco, el equívoco consiste en que
el sujeto no sabe que es lo que comprende y que no comprende de su realidad, todo
aparenta estar perfectamente comprendido
cuando en el fondo no lo está.
Este
rasgo está plenamente ligado a los dos anteriores, es una vía de alienación por
medio de la cual el sujeto puede construir una postura de apariencia bajo la cual
todos aquellos ámbitos de su vida diaria están plenamente comprendidos aunque
al menor cuestionamiento estas apariencias se derrumban monumentalmente, para
poder sostener esta apariencia el sujeto elude de su vida todo aquello que
tenga que ver con algo del orden de la verdad, de la episteme, del pensamiento,
de la reflexión, sus círculos y espacios de convivencia son definidos a partir
de esto, elude convivir con gente que reflexiona, los excluye, prefiere
rodearse de autómatas como el, de personas que cree que tienen pensamiento afín,
y que comprenden las cosas como el pero que en realidad reproducen ideas que
escucharon por ahí.
Esto
se traduce fácilmente en lo que la sociedad y diversos discursos de saber-poder
han denominado como “identidades” escuchamos así frecuentemente a autómatas diciendo
que se identifican mucho con tal persona, con tal conductor de televisión, con
tal personaje público, con tal grupo social, si partimos que el principal rasgo
de la alienación radica en que el sujeto tiene nulo conocimiento y conciencia
de que lo que denomina como su ser es producto de una ideología, se evidencia
como el sujeto moderno, la masa, son unos alienados, no importa que una cosa
sea bonita, que la cosa no sepa que es cosa, que la cosa sea útil, que opine,
al final sigue siendo una cosa.
Otro
problema que se abre con este rasgo de existencia radica en dos sentidos, en el
de la forma de obtención de conocimiento en nuestra sociedad y la del deseo. En
el primer caso toda episteme parte de asumir un desconocimiento de cualquier
cosa, todo conocimiento inicia su construcción a partir de saber que no se
sabe, una postura muy Platonica-Socratica, Socrates decía, “Yo solo sé que no se nada” cuya interpretación no está en relación
a que Socrates intentara enunciar de que no sabe nada de nada, sino de fijar
una postura epistemológica ante el saber, el saber está en una relación permanente
para con el no saber, reconocer que no se sabe es el inicio de todo proceso de
conocimiento, una vez que el sujeto niega su no saber, lo excluye de su proceso
de pensamiento y evita todo aquello que pueda confrontar su postura se condena
a sí mismo a una vida de ignorancia, de repetición, y de alienación.
El
segundo caso tiene efectos para con la vida personal del sujeto, uno de los
efectos de simular tener comprendido todo se traduce en una imposibilidad para
saber que desea, ante su negación de su no saber, se condena a desear en función
del orden biopolitico, condena a su cuerpo y a su ser a convertirse en un ente
biopolitizado, que desea como SE debe desear, desea lo que SE debe desear, su deseo se
vuelve una repetición de una ideología, de un conjunto de discursos de saber-poder
con respecto al deseo, al amor y al negarse la posibilidad de poner en duda lo
que realmente sabe sobre sí mismo y sobre su realidad, el sujeto se condena a sí
mismo a vagar en un terreno que cree que conocer pero que desconoce, a vagar en
círculos confrontándose con los mismos problemas, las mismas angustias, a
repetir el mismo tipo de relaciones, los mismos errores, a desear siempre lo
mismo, construye la tiranía de la repetición, el reino de lo siempre igual.
Para
finalizar queda abierta la reflexión, la pregunta de Hamlet está más vigente
que nunca en nuestra realidad y nuestro contexto social, ¿SER O NO SER? He ahí el dilema real, aunque quizá valdría hacer
una pequeña acotación a la pregunta para
enfocarla y situarla en nuestros tiempos de la sociedad del espectáculo y
del rendimiento, quizá la pregunta de nuestros tiempos seria ¿SER O APARENTAR
SER? Cada uno que elija y asuma las
implicaciones de su elección.
Eduardo
Contreras Merino.
3 comentarios:
Muy interesante Eduardo, hay una fórmula que está imperando en nuestra sociedad hipermodernidad + Posverdad = necio, que también lo maneja uno de tus autores citados H. Eco, lo llama la invasion de los necios y precisamente hace reverencia a la opinión sin conocimiento solo por el hecho de "se dice por ahí" "se escucha" "se rumora"... contraproduciendo al hecho.
saludos cordiales ����
Es verdad. Es una problematica compleja.
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